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Industria alimentaria: ¿Cómo será la tecnología el motor del crecimiento en 2025?

Procesos / Envases Brasil

Brasil es considerado el mayor exportador de alimentos del mundo. Dada tal prominencia, este sector es uno de los de más rápido crecimiento en el país.

No en vano, según el Ministerio de Fomento, en 2023 el segmento registrará el mejor desempeño y la mayor capacidad instalada de los últimos 10 años. Ante eso, la Asociación Brasileña de la Industria de Alimentos (Abia) pretende invertir R$ 120 mil millones en el segmento hasta 2026.

De cara al año 2024, podemos decir que la industria de alimentos tuvo un desempeño favorable con la apertura de nuevos negocios, lanzamientos de productos y, en consecuencia, favoreció mayores ingresos. También según Abia, en el primer semestre del año, el sector alcanzó US$ 32,2 mil millones en exportaciones de alimentos procesados, lo que representa un crecimiento del 8,4% respecto al mismo período del año anterior.

Sin embargo, incluso ante un momento prometedor, no podemos ignorar los desafíos logísticos y operativos que forman parte del día a día del segmento, como, por ejemplo, la reducción de residuos. Esto se debe a que muchas empresas tienen dificultades para localizar puntos de falla y tener control sobre la cadena de distribución y la planta de producción.

Debido a la falta de visibilidad, la asertividad en la línea de producción es imposible. Esto se debe a que, como las fábricas producen según una planificación de ventas, y este plan no se basa en datos precisos, terminan generándose desperdicios, entre ellos, mano de obra, materias primas, equipos, etc.
La buena noticia es que ahora existen herramientas que ayudan a satisfacer esta necesidad. Sin embargo, aunque vivimos la evolución digital día tras día, todavía tenemos una cultura de mercado que basa las ventas en los sentimientos. En otras palabras, en lugar de utilizar un sistema Data Driven, por ejemplo, que ayuda a identificar la facturación y el mercado adecuados según los datos y el perfil de la región, muchos todavía equilibran sus ventas basándose en el sentimiento.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la industria alimentaria es un sector prometedor para el país. A su vez, para apalancarse aún más, es fundamental que quienes operan en este segmento busquen cada vez más mantenerse al día con la velocidad de los cambios del mercado. En este sentido, el uso de la tecnología adquiere aún más notoriedad.

La tecnología es un fuerte aliado en la lucha contra el desperdicio, ya que ayuda a revelar costos ocultos que contribuyen a la ineficiencia, localizar fugas de ingresos, conectar información de vanguardia, analizar la productividad, entre muchos otros recursos. A través de su uso, es posible establecer una gestión con mayor control y transparencia, contribuyendo no sólo al desempeño de la empresa, sino también al cumplimiento de estándares y directrices sustentables.

Con toda esta información centralizada, es posible obtener métricas, generar análisis de hábitos y comportamientos de los clientes según región, lo que ayuda a una segmentación aún más efectiva. Pero vale la pena destacar que la tecnología es un medio, no el resultado. Para obtener realmente indicadores de mejora es imprescindible revisar procesos, establecer nuevos

Nuevos procedimientos y establecer una nueva cultura organizacional
En este sentido, contar con el apoyo de una consultoría especializada en el segmento es una estrategia a considerar. Con un equipo de especialistas calificados, es posible trazar el mejor camino a seguir, identificar cuellos de botella y seguir el camino de oportunidades que favorezcan al negocio.

Nos enfrentamos a un nuevo año y todo parece indicar que la industria alimentaria seguirá creciendo. Varios factores ayudarán a favorecer este resultado, como la longevidad de la población, que ayuda a generar mayor demanda, y el desempeño de la agroindustria, que provee los insumos básicos para la industria alimentaria. A su vez, cuanto mayor sea el nivel de producción, mayor será la probabilidad de desperdicio.
Por ello, es crucial que el segmento busque atribuir el uso de la tecnología como un aliado estratégico y operativo, que favorezca la toma de decisiones y el monitoreo en tiempo real. A partir de estas acciones podremos ver un salto en el desempeño del sector, que tiene todo para avanzar aún más. Alan Gomes es director comercial de SPS Minas.

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