Desde su instalación en Uruguay en 1993, PepsiCo ha consolidado un modelo de operación basado en la producción de concentrados de bebidas destinados exclusivamente a la exportación.
Lo que comenzó como una planta especializada en Colonia se convirtió, con el paso del tiempo, en un enclave industrial de referencia para América Latina. La inauguración reciente de un moderno centro de almacenamiento de 5.500 metros cuadrados representa la última etapa de una estrategia de expansión que ha transformado la relación de la compañía con la región.
El origen del proyecto respondió a la necesidad de contar con un punto geográfico seguro, con estabilidad jurídica y beneficios fiscales atractivos. Uruguay ofreció esas condiciones mediante el régimen de zona franca, lo que permitió a la multinacional instalar una operación sin tributos directos como IVA o Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE). Este marco se convirtió en la base para un crecimiento sostenido durante tres décadas.
En sus primeros años, la planta de Colonia funcionaba principalmente como una plataforma de producción y exportación de concentrados, sin incidencia en el mercado interno uruguayo. Con el tiempo, la operación fue sumando nuevas responsabilidades dentro de la red global de PepsiCo, hasta transformarse en un centro estratégico. Hoy, Uruguay es el único país de América Latina donde la compañía articula de forma integrada tres pilares de su negocio: alimentos, bebidas y concentrados.
La apertura del centro de almacenamiento marcó un punto de inflexión en esa evolución. La inversión de más de 100 millones de dólares permitió ampliar en un 55% la capacidad operativa y responder al crecimiento de la demanda regional. El complejo no solo optimiza la logística, sino que también refuerza la posición del país como eje exportador. Actualmente, desde Colonia se abastecen 27 mercados y 34 marcas, consolidando un flujo de insumos que circula por gran parte del continente.
El impacto de esta infraestructura se refleja en dos dimensiones. Por un lado, en la economía uruguaya PepsiCo emplea a más de 350 personas, figura entre las principales compañías exportadoras del país y genera un volumen anual cercano a los 800 millones de dólares. Por otro, en el mercado latinoamericano: la planta se ha convertido en un nodo que garantiza continuidad de suministro, eficiencia en costos y rapidez en la distribución de productos estratégicos para la compañía.
La evolución también muestra cómo Uruguay ha logrado sostener un atractivo particular frente a otros países de la región. Mientras varios mercados enfrentan volatilidad macroeconómica y cambios regulatorios, la operación en Colonia ha permanecido estable por más de 30 años. Esta continuidad ofrece a PepsiCo una ventaja competitiva al momento de proyectar inversiones y planificar a largo plazo.
En América Latina, el centro ha tenido un efecto multiplicador. Gracias a la capacidad instalada en Uruguay, la empresa puede responder a la creciente demanda de bebidas y alimentos procesados en mercados emergentes, al mismo tiempo que reduce riesgos asociados a producir en territorios con mayor inestabilidad política o fiscal.
En tres décadas, el enclave uruguayo ha pasado de ser una planta especializada a convertirse en el corazón logístico de PepsiCo para la región. Su evolución evidencia cómo una estrategia sostenida en beneficios fiscales, estabilidad institucional y reinversión constante puede consolidar un modelo de integración productiva con alcance continental.