El mercado de los suplementos dietéticos ha experimentado un crecimiento exponencial en América Latina, especialmente en países como Brasil, donde la industria del bienestar y la nutrición deportiva se ha expandido significativamente. Sin embargo, el consumo excesivo de estos productos, en particular la creatina y otros suplementos proteicos, puede representar un riesgo para la salud renal si no se toman bajo supervisión médica.
La creatina es un compuesto natural presente en el organismo, especialmente en los músculos, y es ampliamente utilizada en el ámbito deportivo para mejorar el rendimiento y la recuperación muscular.
Si bien su uso en dosis moderadas es seguro y cuenta con respaldo científico, el consumo excesivo y prolongado puede generar una sobrecarga en los riñones.
Según la Dra. Daniela Ponce, directora del Departamento de Lesión Renal Aguda del SBN, la alta ingesta de creatina y otros suplementos proteicos puede aumentar la excreción de productos metabólicos como la creatinina, lo que a largo plazo podría afectar la función renal, especialmente en personas con predisposición a enfermedades renales.
Adicionalmente, muchos suplementos dietéticos contienen compuestos no regulados o mezclas de ingredientes que pueden generar un impacto negativo en el organismo.
Entre los riesgos se encuentran la deshidratación, el aumento del estrés oxidativo y la alteración del equilibrio electrolítico, factores que pueden contribuir a problemas renales y cardiovasculares.
Brasil es uno de los mercados más grandes de suplementos dietéticos en la región, y su regulación ha avanzado en los últimos años para garantizar la seguridad del consumidor.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) ha implementado normativas más estrictas sobre la comercialización y etiquetado de suplementos, con el objetivo de asegurar que los productos cumplan con estándares de calidad y no representen un riesgo para la salud.
En otros países de América Latina, como Argentina, México y Colombia, también se han fortalecido las regulaciones en torno a la industria de los suplementos.
Organismos como el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) en Colombia y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) en México han intensificado la supervisión sobre la venta y publicidad de estos productos, buscando educar a la población sobre el consumo responsable.
Para evitar riesgos en la salud renal, los expertos recomiendan:
Consultar a un especialista: Antes de consumir cualquier suplemento, es fundamental acudir a un nutricionista o médico para evaluar si es necesario y en qué dosis.
Hidratación adecuada: Asegurar un consumo suficiente de agua es clave para prevenir la sobrecarga renal.
Moderación en el consumo de proteínas: Si se sigue una dieta rica en proteínas, es importante balancearla con otros nutrientes y no exceder los requerimientos diarios recomendados.
Evitar productos no regulados: Optar por suplementos aprobados por entidades sanitarias garantiza que sean seguros para el consumo.
Aunque los suplementos dietéticos y la creatina pueden ser herramientas útiles para mejorar el rendimiento físico, su uso debe ser controlado y acompañado de una dieta equilibrada.
La creciente regulación en América Latina, liderada por Brasil y otros países de la región, es un paso fundamental para proteger la salud de los consumidores y evitar consecuencias negativas a largo plazo.
