Juan Pablo Sotomayor, gerente técnico de Frutexsa, empresa asociada a Chileprunes y líder en el envío de frutos secos al mundo, señala que la producción total de ciruelas pasas chilenas en 2022 fue de 103.000 toneladas, pero que nuestro potencial está entre 105 a 110 mil toneladas.
En el período anterior, entre fruta fresca, descarte y pérdida hubo 20 mil toneladas, mientras que las restantes 82,6 mil toneladas quedaron disponibles para la industria en ciruelas pasas.
Actualmente existen 12.530 hectáreas sembradas de ciruelo europeo, donde la VI Región (la zona inmediatamente al sur de su capital, Santiago) representa el 68,7% del total.
Respecto a las nuevas plantaciones, afirma que no hay plantas disponibles en los viveros, y se tiene una estimación de siembra de 700 a 1,000 hectáreas para el período 2023-2024.
A futuro, el gerente técnico de Frutexsa, en general, comentó que “estamos en una temporada agrícola súper buena, la gerencia de campo está consciente, estamos disfrutando de un buen negocio, hay que cuidarlo y trabajar bien. Que puede cambiar en la medida en que los países productores comienzan a tener sus producciones normales y los precios pueden ser diferentes; por eso no podemos olvidarnos de la calidad, hay que producir bien”.
Poda, floración y cosecha.
Para el experto de Frutexsa, una buena poda se traduce en buenos rendimientos y eso genera buenos calibres. “2022, en cuanto a frío, fue muy bueno y eso nos permitió entrar en floración casi perfecta. Y eso significó que el 80% de los huertos tuvieron una floración bastante regular. Estaba más avanzado que el año anterior”.
Durante la temporada hubo una mayor disponibilidad de podadoras, aunque esto no impidió un incremento sostenido en el costo de la poda, $1.000 a $1.200 (pesos chilenos) promedio por planta/contratista. También hubo una mejor regulación de la carga en busca de mejorar los calibres y un uso cada vez mayor de "pinturas pulverizables" a base de trichodermas en detrimento del uso de pinturas tradicionales.
En cuanto a la floración, fue superior a lo normal en prácticamente todas las zonas, y hubo temperaturas frescas durante todo este periodo.
Eso sí, pide tener en cuenta las amenazas que se ciernen sobre los frutales: pulgones, cabritos (que se comen las raíces) y un pájaro, la chirigua (que se come los botones florales).
El inicio de la cosecha se presupuestó entre el 6 y el 10 de febrero. Los volúmenes y calibres de cosecha estuvieron en general dentro de lo esperado, con excelente calidad de fruta y buenos niveles de azúcar. Asimismo, las condiciones de secado fueron muy favorables.
