Los agronegocios y las empresas alimentarias pueden encontrar oportunidades al atender a los residentes rurales de bajo acceso.
La inseguridad alimentaria sigue siendo frecuente en los EE. UU. y las áreas rurales escasamente pobladas a menudo se ven afectadas de manera desproporcionada. Las comunidades rurales comprenden el 63% de todos los condados de EE. UU., pero el 87% de los condados con las tasas más altas de inseguridad alimentaria.
El principal desafío para los residentes rurales es la prevalencia de desiertos alimentarios de bajo acceso, donde la distancia a los supermercados impide que los consumidores accedan a una amplia gama de opciones de alimentos y bebidas.
Según un nuevo informe de Knowledge Exchange de CoBank, el gran volumen de consumidores que experimentan inseguridad alimentaria debido al acceso deficiente representa una oportunidad de mercado potencial para los fabricantes de alimentos.
Servir a estos clientes a través de plataformas de comercio electrónico directo al consumidor o entrega directa podría ser un medio relativamente fácil y rentable para mejorar sus opciones alimentarias.
"Una porción considerable del país cae dentro del ámbito de un desierto alimentario y con el 10% de la población estadounidense experimentando algún grado de inseguridad alimentaria, el mercado está ahí", dijo Billy Roberts, economista senior de alimentos y bebidas de CoBank.
"La innovación en las áreas de entrega sin conductor y con drones podría, en última instancia, brindar a las empresas de alimentos y bebidas aún más oportunidades para establecer relaciones directas con consumidores rurales desatendidos".
Los datos de la Oficina del Censo de EE. UU. indican que 27 millones de estadounidenses padecían inseguridad alimentaria en julio de 2023. Feeding America estima que el número de personas que padecen inseguridad alimentaria se acerca a los 34 millones.
Decenas de condados rurales no tienen opciones de tiendas de alimentos. Walmart es el minorista de alimentos más grande de Estados Unidos, pero existen brechas considerables en su penetración en el mercado. La densidad de población sugiere que muchos de los desiertos alimentarios en zonas menos pobladas del país simplemente no tienen la base de consumidores para sostener una tienda de comestibles de tamaño completo.
Una investigación de The Brookings Institution encuentra que el 93% de la población estadounidense (incluido el 90% de las personas que viven en desiertos alimentarios) tiene acceso a la entrega de alimentos de al menos uno de los cuatro principales actores: Amazon, Instacart, Uber Eats o Walmart. Sin embargo, sólo el 37% de los residentes rurales dentro de desiertos alimentarios de acceso limitado tienen acceso a los principales servicios de entrega de alimentos. Siguen existiendo barreras importantes para estas comunidades, que a menudo incluyen la falta de conectividad de banda ancha confiable.
Las tiendas de conveniencia y de dólar se han centrado cada vez más en alimentos, mejorando el acceso en algunas comunidades rurales. Sin embargo, los bajos márgenes pueden ser un obstáculo para su continuo crecimiento en las ventas de alimentos.
Dollar Tree recientemente redujo sus expectativas de ganancias, citando un aumento en compras de bajo margen, como alimentos, así como problemas con las pérdidas y los costos del combustible.
Roberts dijo que las agroindustrias y los fabricantes de alimentos que buscan establecer una línea más directa con sus consumidores bien podrían considerar adoptar tácticas vistas durante el apogeo de la pandemia.
"Los agricultores de las zonas rurales de Estados Unidos ampliaron sus propias capacidades de entrega para satisfacer la demanda de los consumidores que surgió de los estantes vacíos de las tiendas de comestibles o de los esfuerzos de los consumidores por aislarse", dijo.
Para alimentos y bebidas no perecederos, existen mecanismos de entrega incluso si son FedEx, UPS o USPS. La oferta de alimentos frescos presenta otro desafío. Pero los enfoques directos al consumidor serán más viables a medida que mejoren las tecnologías de entrega.
Los fabricantes de alimentos y bebidas podrían incorporar esas tecnologías y establecer sus marcas como parte de los procedimientos de pedido de los consumidores rurales.
