La Agencia Reguladora Sanitaria de Honduras (ARSA) anunció recientemente una actualización significativa en la normativa aplicable a los suplementos dietéticos. Estas modificaciones buscan armonizar la regulación nacional con estándares internacionales de seguridad y eficacia, al tiempo que ofrecen mayor claridad para las empresas del sector nutracéutico y farmacéutico que operan en el país.
Uno de los cambios más relevantes es la ampliación de la definición de suplementos dietéticos, que ahora abarca una mayor diversidad de formas de presentación. No se limita a cápsulas, tabletas o polvos, sino que también incluye productos líquidos, gomitas, barras funcionales y otras innovaciones que han ganado protagonismo en el mercado global. Esta ampliación abre la puerta a un portafolio más variado de productos para los consumidores hondureños y permite a las compañías introducir formatos más atractivos y convenientes.
Otro aspecto novedoso es la inclusión de un procedimiento oficial para notificar cambios en historiales clínicos existentes. Este paso apunta a reforzar la trazabilidad y la farmacovigilancia, asegurando que cualquier modificación en la formulación, dosis o interacción clínica de un suplemento quede registrada y validada por la autoridad. De esta manera, se reduce el riesgo de efectos adversos y se fortalece la transparencia en la información que reciben los profesionales de la salud y los consumidores.
En el ámbito científico, la ARSA ha ajustado los límites mínimos y máximos de ingesta para vitaminas y minerales esenciales. Entre los cambios más destacados, se encuentra el aumento del nivel mínimo de vitamina D de 2 µg a 10 µg, reflejando la creciente evidencia sobre su rol en la salud ósea, la inmunidad y la prevención de enfermedades crónicas. En contraste, el nivel mínimo de hierro se redujo de 3,6 mg a 0,27 mg, reconociendo que una ingesta excesiva en poblaciones no deficitarias puede incrementar riesgos gastrointestinales y oxidativos.
En cuanto a límites máximos, el hierro pasó de 60 mg a 45 mg, en línea con los valores de referencia de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). También se establecieron topes para nutrientes como magnesio, selenio, cobre, manganeso y cromo, todos ellos indispensables para funciones metabólicas, pero potencialmente tóxicos en exceso. Asimismo, se fijaron niveles máximos para ingredientes bioactivos no vitamínicos ni minerales, tales como glutatión, lactoferrina, astaxantina, carbón activado y melatonina. Estos compuestos, ampliamente utilizados en suplementos antioxidantes, inmunomoduladores o para el sueño, ahora cuentan con parámetros regulatorios más claros que garantizan seguridad al consumidor.
La normativa también introduce una lista positiva y negativa de especies vegetales. Esta medida responde a la creciente utilización de extractos botánicos en suplementos y asegura que únicamente se comercialicen aquellas especies con evidencia científica de seguridad, excluyendo plantas con potencial tóxico o interacciones peligrosas.
Es importante resaltar que los requisitos de etiquetado y los aditivos alimentarios permitidos se mantienen sin cambios, lo que otorga continuidad a las empresas en términos de cumplimiento normativo.
Desde el punto de vista comercial, estas actualizaciones ofrecen un marco más sólido para atraer inversión extranjera y fomentar la innovación en el sector nutracéutico hondureño. Al mismo tiempo, alinean al país con tendencias regulatorias internacionales, facilitando la exportación de suplementos producidos en Honduras hacia otros mercados.
En síntesis, la nueva normativa de ARSA representa un avance estratégico que combina seguridad del consumidor, respaldo científico y competitividad comercial, fortaleciendo la posición de Honduras en la creciente industria de suplementos dietéticos en América Latina.