En la última década, el aguacate se ha destacado en el sector frutícola mundial. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) proyecta que el aguacate se convierta en la fruta tropical más comercializada para 2030, con exportaciones globales que superen los cuatro millones de toneladas, por encima de las ventas externas de mangos y piñas, solo por detrás del banano.
Según material difundido por Cepea, en Brasil la producción de aguacate viene creciendo con fuerza en los últimos años, llevando al país a ocupar el séptimo lugar en el ranking mundial.
Sin embargo, la participación de Brasil en las exportaciones mundiales de frutas sigue siendo muy baja: el país es solo el vigésimo exportador más grande del mundo. Y las estimaciones indican que sólo el 3% de la producción brasileña se exporta.
Los principales competidores de Brasil (México, Colombia, Chile y Sudáfrica) exportan más del 50% de lo que producen.
Salubridad y versatilidad del aguacate
La directora y presidenta de Abacates do Brasil, además de presidenta de la Comisión Nacional de Fruticultura de la CNA, Lígia Carvalho, dice que para conquistar cada vez más el mercado internacional, es necesario “buscar una estructura de comercialización, como empacadoras con alto nivel de adaptación al requerimiento de los países de destino”.
Además, los desafíos para el sector brasileño están relacionados con la apertura de nuevos mercados (algunos ya están en marcha) y la fuerte competencia, principalmente con Perú, Colombia y Sudáfrica, que tienen una producción de aguacate en la misma ventana que Brasil.
Con un escenario muy promisorio, es necesario estar atento al aguacate como oportunidad de negocio. La salubridad y versatilidad del aguacate -las opciones de uso son diversas, tanto en cocina como en cosmética e incluso en productos terapéuticos- son factores que favorecen el crecimiento de la demanda del fruto.
Y la buena demanda ha ido haciendo más atractiva la rentabilidad, fomentando las inversiones en este sector.
