La maduración suele determinar la vida útil y el valor de mercado de las frutas, ya que un exceso de ablandamiento puede dificultar el almacenamiento y el transporte, causando pérdidas económicas a exportadores y productores.
La banana, una de las frutas más consumidas en el mundo, plantea problemas adicionales en este sentido, porque madura rápidamente si no se refrigera. Además, su piel se magulla con facilidad, lo que afecta al aspecto del producto.
Para solucionar este problema, investigadores del Laboratorio Estatal Clave de Conservación y Utilización de Agrobiorecursos Subtropicales de la Universidad Agrícola del Sur de China están estudiando la genética para mejorar el proceso de maduración en las bananas.
Comprendiendo el proceso de maduración
Los científicos descubrieron que reguladores genéticos como "MabHLH28" podrían ser la clave para mejorar la manipulación de la fruta tras la cosecha.
MabHLH28, específicamente, se une a los promotores de genes relacionados con el ablandamiento, potenciando así su expresión.
Los experimentos funcionales demostraron que la sobreexpresión transitoria de MabHLH28 en bananas y tomates aceleraba la maduración al aumentar la regulación de estos genes, mientras que el silenciamiento de este retrasaba el proceso.
Estos hallazgos tienen implicaciones prácticas para la industria frutícola. Mediante la manipulación de la expresión del MabHLH28, puede ser posible controlar el proceso de maduración, mejorando así la calidad poscosecha y alargando la vida útil de las bananas.