La gobernadora del estado de Michigan, Gretchen Whitmer, solicitó, a través de una carta, ayuda federal para los productores de cerezas, tras una temporada desastrosa debido a "una climatología cada vez más impredecible".
En una carta al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la gobernadora detalló que Michigan se ha enfrentado a factores climáticos adversos desde principios de abril. Destacó que nueve condados, incluido Grand Traverse, la "capital mundial de la cereza", se han visto especialmente afectados.
El estado ha sufrido "importantes precipitaciones en los condados de cultivo de cerezas", incluyendo casi 33 cm de lluvia en el noroeste. El clima húmedo ha provocado un aumento de la población de insectos y un incremento de las enfermedades causadas por hongos que afectan al cerezo.
Whitmer declaró que, aunque los agricultores aplicaron medidas de protección, estas no fueron suficientes, sobre todo porque las condiciones del viento redujeron su eficacia.
La carta señala que las autoridades estiman que las pérdidas en la cosecha oscilan entre el 30% y el 75%.
Una declaración federal de catástrofe facilitaría el acceso a préstamos de bajo interés para los productores de cerezas, que no son ajenos a las inclemencias meteorológicas. A principios de este año, los productores de cerezas de Washington obtuvieron préstamos de emergencia debido al excesivo calor que se presentó en el estado.
Aunque las variedades de cerezas dulces no son el principal cultivo del estado, después de que California y Washington experimentaran un descenso en la producción, Michigan impulsó la suya, llegando a producir alrededor del 20% de la cosecha anual.
Las variedades de cereza de Michigan son Emperor Francis, Napoleon y Schmidt.