EE.UU. importa aproximadamente el 33% de los alimentos que se consumen en ese país. Dado el impacto social y económico de las hospitalizaciones o fallecimientos de ciudadanos por consumo de alimentos entre los años 2008 a 2011 en Los EEUU, se dictó la Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria, conocida como FSMA.
Esta Ley la aplican los importadores americanos a los productos que ellos ingresan a su país y por ende, los proveedores extranjeros, están sujetos al cumplimiento de sus reglamentos desde el campo hasta el despacho a EEUU, siendo los importadores los responsables civiles o criminales por las posibles presencia de patógenos u otros elementos que produzcan enfermedades, hospitalizaciones o fallecimientos de ciudadanos americanos por su consumo.
La industria alimentaria chilena hoy, en su gran mayoría, da cumplimiento a estas normas, mediante procedimientos escritos y registros de los procesos más críticos de posibles contaminaciones por microrganismos dañinos (patógenos), entre otros, a la salud humana.
La Ley FSMA de 2011 contempla rigurosas acciones de prevención y control y supervisión por parte de la FDA (Agencia de Alimentos y Drogas) y de otros organismos de inspección en los puertos de entrada de productos a EE.UU., pero el factor más importante resulta ser el autocontrol que la propia industria alimentaria americana realiza.
Esto genera como consecuencia, un número importante de "auto retiros" por parte de las empresas que identifican lotes de alimentos con probabilidades de estar contaminado por algún patógeno o razones de otra índole. Lo mismo debemos hacer los países exportadores.
Hace dos temporadas atrás, en Chile tuvimos un ejemplar autoretiro de frutas de carozos por presencia de Listeria y eso fue poco comprendido en Chile. En EE.UU. esto ocurre todos los días en diversos alimentos y motivos, siendo parte de la responsabilidad de la industria.
También en los puertos de entrada o centros de distribución en ese país se realizan inspecciones gubernamentales, como es el caso de las "frambuesas congeladas" contaminadas por Hepatitis A.
Cabe mencionar que en los reportes semanales de la FDA sobre las llamadas "Warning Letters" a ingresos detenidos por posibles contaminaciones (aproximadamente diez a doce semanalmente en promedio (*)), refleja un panorama de las acciones preventivas de las autoridades no sólo en los puertos de ingreso, sino además de los autoretiros de las empresas americanas. (*) estimación no cuantitativa del autor basada en los informes semanales de la FDA que recibimos.
Hoy, sabemos de reacciones de nuestros organismos del Estado que realizan una investigación o sumario del caso mencionado. No tenemos duda que todo estará como corresponde a una empresa de limpia trayectoria y que no solo tiene certificaciones de primer nivel, sino que también utiliza técnicas conocidas de prevención y certificaciones ad hoc para este tipo de accidentes.
Nadie en el mundo puede certificar que un producto tenga cero contaminación. El mundo biológico o químico, por nombrar las principales causas de detenciones, operan en la industria bajo la lógica de la prevención en su producción, proceso y despacho a otros países.
Por esta razón, es muy importante incorporar a los sistemas de prevención de contaminaciones involuntarias de los exportadores los reglamentos de BPA y BPM de FSMA (112 y 117) a los Programas de campo y centros de embalaje, almacenamiento en frío y despacho a los puertos estadounidenses de los productos alimenticios.
No obstante, aunque todas estas acciones de prevención sean realizadas, es imposible asegurar en un 100%, que este tipo de accidentes no sucederán, pero es importante demostrar que si se tomaron todas las precauciones para que esto no suceda es parte de la evaluación que realiza la FDA.
Dada la escasa ocurrencia de estos eventos en productos alimenticios chilenos a ese mercado (exceptuando los productos acuícolas), sostiene lo anteriormente mencionado por una parte, y por otra, el prestigio internacional de nuestros alimentos de exportación que no es materia de marketing, es una realidad de la cual debemos estar orgullosos y muy tranquilos, pues también involucra a aquella parte de la producción que consumimos en Chile.
La calidad de nuestras exportaciones practica la mejora contínua.