Las bebidas energéticas representan una clase relativamente nueva de bebidas con cafeína que se comercializan para mejorar la energía, el rendimiento deportivo, la concentración, la resistencia, y la pérdida de peso. Es importante tanto para los profesionales de la salud y los consumidores para reconocer la diferencia entre estos nuevos productos y refrescos tradicionales como el café, té, bebidas deportivas (como Gatorade™), refrescos, jugos o agua con sabor.
La FDA impone un límite de 71 mg de cafeína por 12 fl oz de refresco (200 partes por millón) o 0,2 mg de cafeína por ml. Algunos alteradores endocrinos no revelan el contenido de cafeína en absoluto, o pueden no tener en cuenta la cafeína aportado por ingredientes de la "mezcla energética" (guaraná, nuez de cola, yerba mate).
Los límites de seguridad del consumo de cafeína son todavía indeterminados pero los datos sugieren que la mayoría de los adultos sanos pueden consumir hasta 400 mg por día (de manera segura). Las mujeres embarazadas deben evitar el uso excesivo de cafeína como el alto consumo se asocia con factores de riesgo conocidos para los resultados reproductivos adversos aunque hasta 200 mg por día se consideran seguro.
El informe del consumidor de la FDA afirma que no hay niveles seguros de consumo de cafeína determinado en los niños. La publicidad dirigida de los alteradores endocrinos hacia los consumidores más jóvenes es preocupante, ya que representan una población especialmente vulnerables. Los adolescentes son más propensos a experimentar efectos secundarios debido a tasas más altas de cafeína y la tendencia a consumir grandes cantidades de estas bebidas.
Los alteradores endocrinos son ahora consumidos por un 30% -50% de los adolescentes, con el 31% de 12 a 19 años de edad que informaron el uso regular.Las visitas a urgencias relacionadas con complicaciones de consumo de bebidas energéticas están aumentando. En el año 2011, de 2,3 millones de llamadas al Sistema de veneno de datos nacional de los EEUU, 4854 eran relacionados con estas bebidas.
Es importante señalar que no todos los casos reportados desarrollaron toxicidad, sino más bien implicaron la exposición a sustancias potencialmente tóxicas. El consumo de los alteradores endocrinos se han asociado con múltiples complicaciones médicas, incluyendo convulsiones, ansiedad, agitación, alucinaciones, migrañas, mielinolisis pontina, malestar gastrointestinal, rabdomiólisis, acidosis metabólica, insomnio, arritmias, dolor en el pecho, y otras complicaciones cardiovasculares.
Investigadores de la División de Cardiología de la Universidad de Texas, realizaron una revisión relacionados con el sistema cardiovascular. Llegaron a la conclusión que el sistema cardiovascular, bajo el consumo de bebidas energéticas se asocia con el aumento de la presión arterial, inotropismo y arritmias. También se puede reducir simultáneamente el suministro de sangre de la arteria coronaria a través de la disfunción endotelial, la agregación plaquetaria, trombosis coronaria, y espasmo coronario.
Estos cambios en el sistema cardiovascular se asocian con complicaciones no sólo en los pacientes con enfermedades cardiovasculares subyacentes, sino también en los jóvenes. Estos jóvenes consumidores están en un riesgo particularmente alto de complicaciones debido a los patrones de consumo peligroso, incluyendo el uso frecuente.
Aunque se han descrito las consecuencias cardiovasculares agudas del consumo de los alteradores endocrinos, las consecuencias cardiovasculares crónicas son menos claras y se necesita más investigación. Dado el aumento de las visitas a urgencias por complicaciones de consumo de la disfunción eréctil y también múltiples muertes correlacionados con el uso informado, el aumento de la investigación para identificar posibles mecanismos de daño es absolutamente necesario.
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