La industria azucarera paraguaya se encuentra en plena etapa de reactivación con una meta clara: retomar el liderazgo mundial en la producción y exportación de azúcar orgánica, un sector que ha posicionado al país como referente de calidad y sostenibilidad en los mercados internacionales.
La apertura de nuevos destinos comerciales y la consolidación de una cadena productiva más resiliente son hoy los principales objetivos del sector, que busca fortalecer su aporte a la economía nacional y reafirmar el valor del trabajo agroindustrial paraguayo.
La gerente general del Centro Azucarero y Alcoholero Paraguayo (CAAP), Sonia Fleitas, explicó que el 2025 ha sido un año de grandes desafíos para los productores. Las condiciones climáticas adversas —una prolongada sequía a inicios de año y una intensa helada en junio— afectaron el rendimiento de la caña de azúcar, reduciendo la productividad en varias regiones del país. Sin embargo, la industria mantiene el optimismo y proyecta cerrar el año con cifras positivas, respaldadas por la recuperación de la demanda internacional y el compromiso de los ingenios locales.
“Esperamos mejorar la exportación en lo que queda del año”, señaló Fleitas en entrevista con La Nación/Nación Media, destacando que el factor climático continúa siendo determinante para garantizar la estabilidad productiva. Según datos del gremio y de la Ventanilla Única de Exportación (VUE), al cierre del primer semestre de 2025 se embarcaron 17.596 toneladas de azúcar orgánica, por un valor superior a 10,3 millones de dólares. Estas cifras confirman que, pese a las dificultades, el sector mantiene un desempeño sólido y sigue siendo una de las principales fuentes de divisas del país dentro del rubro alimenticio.
En 2024, Paraguay alcanzó una producción de más de 80.000 toneladas de azúcar orgánica destinadas exclusivamente a la exportación, cifra que equivale prácticamente al total de la producción nacional. El 90 % de la industrialización del producto se orienta a los mercados internacionales, mientras que el 10 % restante abastece la demanda local. Esta estructura refleja el fuerte enfoque exportador del país y la consolidación del azúcar orgánica paraguaya como una marca de confianza en mercados exigentes como Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
El aporte del sector azucarero trasciende las cifras. Representa una cadena de valor que impulsa el desarrollo rural, genera empleo directo e indirecto y fomenta prácticas agrícolas sostenibles. La producción de azúcar orgánica, certificada bajo estrictos estándares internacionales, promueve el uso responsable de los recursos naturales y la preservación del suelo, convirtiéndose en un ejemplo de cómo la industria alimentaria puede crecer de manera sustentable y competitiva a nivel global.
Asimismo, el impulso a este sector contribuye a diversificar la matriz exportadora paraguaya, fortaleciendo la imagen del país como productor de alimentos naturales, de alta calidad y con valor agregado. La innovación tecnológica en los ingenios, la capacitación constante de los trabajadores y la colaboración entre productores, industria y Estado son pilares clave en esta estrategia de recuperación.
De cara al futuro, el desafío es consolidar esta recuperación y abrir nuevos mercados que valoren el compromiso ambiental y la trazabilidad del azúcar orgánica paraguaya. Con una visión enfocada en la sostenibilidad y la excelencia, la industria azucarera reafirma su papel estratégico dentro de la economía nacional y su contribución al posicionamiento de Paraguay como un referente latinoamericano en la producción alimentaria responsable.
