La manzana es un símbolo omnipresente a lo largo de la historia: su aparición en mitos y narraciones que conforman la cultura popular, así como su uso como logo por parte de corporaciones, han hecho de este fruto un icono que traspasa épocas y fronteras.
Elegida como el fruto prohibido para Adán y Eva por el Dios del Antiguo Testamento, ocupó un papel crucial en el principio de los tiempos según la narración bíblica: nacería del árbol del bien y del mal, en el Jardín del Edén, y sería concebida como icono del pecado por los creyentes y como una representación de la razón frente a la fe por otras versiones alternativas.
La razón la haría definitivamente suya en una de las anécdotas más conocidas de la ciencia moderna: la caída de una manzana sobre Isaac Newton mientras reflexionaba bajo un árbol se ha considerado el detonante, de veracidad aún discutida, que dio lugar al descubrimiento de la fuerza de la gravedad y al posterior tratado sobre el movimiento de los cuerpos celestes.
También de dudosa credibilidad es la leyenda atribuida al personaje de Guillermo Tell, héroe del folclore de la independencia suiza que, tras ser apresado, se vio obligado a disparar con su ballesta en una manzana situada sobre la cabeza de su hijo. Su virtuosismo como tirador conformaría una leyenda que ha dado lugar a obras universales como la ópera homónima de Rossini.
La manzana ha sido motor de creación para escritores como Pablo Neruda, quien, entre sus odas, incluyó una a esta fruta. Más conocido es el caso de los hermanos Grimm, que, en el relato original de Blancanieves, decidieron que un tropezón de los enanos mientras cargaban el ataúd de la protagonista hiciera salir disparado el trozo de manzana envenenada que conservaba en su garganta.
La versión más reconocida de este cuento sería la llevada al cine por Walt Disney en 1937, dando lugar a una obra de dimensiones técnicas inéditas en el cine de animación. Esta le valió un Óscar honorífico (uno de tamaño estándar y siete en miniatura) que recogió junto con la actriz infantil Shirley Temple, voz de la protagonista.
En el mundo de la pintura, el fruto ha ocupado también un papel relevante, en representaciones de alegorías bíblicas pero también en obras como la famosa "Habitación de escucha", del surrealista René Magritte, que usó la fruta como motivo común en multitud de cuadros que inspiraron obras como la efigie de los premios Max.
Fue una pintura de Magritte con una manzana la que inspiró a Paul McCartney para escoger el icono de Apple Corps, compañía fundada por los Beatles en 1968 y dedicada a la publicidad, producción de películas, ropa y música; única disciplina en la que el sello triunfó dejando para el recuerdo la imagen de una gran manzana Granny Smith estampada en los vinilos de la banda británica.
La que un día fue la manzana más famosa del mundo rivalizó hasta llegar a los tribunales con Apple Computers, fundada por Steve Jobs en 1976, que usó el mismo nombre y el logotipo que a día de hoy decora miles de dispositivos electrónicos. El conflicto se resolvería definitivamente en 2010, cuando la reconciliación se materializó en la entrada de los Beatles en iTunes.
El icono de Jobs ha sido objeto de fabulaciones como la leyenda que atribuye a la manzana mordida un homenaje velado a Alan Turing, padre de la informática moderna que, tras descifrar para Gran Bretaña el código de computación utilizado por los nazis, fue obligado a castrarse químicamente por su homosexualidad, ante lo que decidió suicidarse comiendo una manzana inyectada con arsénico.
