La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) ha asumido que el sector ahora mismo no puede colocar en otros mercados la carne de porcino que exporta a China, aunque está trabajando en la apertura de otros destinos por si el país asiático impone aranceles a este producto.
Así lo ha expresado el director general de Anice, Giuseppe Aloisio, en un encuentro con la prensa en el que ha analizado los retos futuros que afronta el sector de la carne.
Aloisio ha recordado que España exportó a China en 2023 más de 560.000 toneladas de productos de cerdo por valor de casi 1.200 millones de euros, ha aseverado que ahora mismo el sector "no" es capaz de colocar ese volumen en otros países y que "va a ser muy complicado encontrar otros mercado que puedan absorber tal cantidad de producto".
El sector está pendiente del resultado de la investigación 'antidumping' que inició el Gobierno chino sobre las importaciones que hace de carne de porcino de la Unión Europea (UE), que podría derivar en la imposición de aranceles como respuesta a los el bloque europeo impone al coche eléctrico de China.
En este sentido, Aloisio ha indicado que espera que China "sepa valorar la posición de España" sobre la imposición de aranceles a las importaciones de sus coches eléctricos, ya que el país ibérico se abstuvo en la votación de la pasada semana en la que la Comisión Europea (CE) aprobó esta medida.
"La imposición de aranceles se puede hacer por países", ha señalado Aloisio, que confía en que China sea indulgente con España si toma la decisión de imponer aranceles al porcino. No obstante, ha manifestado que el sector está trabajando "en un plan B" junto al Ministerio de Economía, Comercio y Empresa y el de Agricultura, Pesca y Alimentación para abrir otros mercados, como los de Australia, Tailandia e Indonesia.
Presión regulatoria y crisis de reputación
Aloisio ha apuntado otros retos del sector como la presión regulatoria que supone enfrentar el reglamento sobre deforestación y la nueva normativa de bienestar animal en el transporte.
Estas cuestiones, según ha dicho, amenazan con encarecer la producción por la menor oferta de animales e incrementar los costes de producción situando a la industria en una posición de desventaja frente a sus competidores internacionales. "Sin una revisión adecuada de estas políticas, el futuro de la industria puede verse comprometido", ha subrayado el representante de Anice, que ha indicado que la asociación ya ha iniciado una ronda de reuniones con los europarlamentarios para exponerles su situación.
Además, ha mostrado su deseo de que, al igual que el reglamento sobre deforestación se ha aplazado un año pueda suceder lo mismo con la normativa de bienestar animal. "La presión regulatoria está encima de la mesa, pero hay una nueva CE que espero que recoja el malestar de tantos países, ya que se está viendo amenaza la soberanía alimentaria e incluso la identidad alimentaria de algunos países", ha expresado.
Otro de los grandes retos del sector que ha apuntado es el de la imagen y la reputación del sector, ante los "ataques continuos en contra del consumo de proteína animal auspiciado y mantenido por intereses económicos" y visible en "pseudomedios" que publican "noticias falsas o tendenciosas". Aloisio ha señalado que este fenómeno está afectando fuertemente a la reputación del sector, ya que condiciona en exceso los habituales patrones de consumo.
También ha defendido las denominaciones cárnicas frente a otros productos que las usas aunque no están elaborados con carne y ha recogido las palabras que hace unos días expresó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, subrayando que "no debería llamarse hamburguesa a un producto de origen vegetal por una cuestión de transparencia".