La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha actualizado recientemente las directrices sobre la ingesta diaria aceptable (IDA) de la sacarina, un edulcorante ampliamente utilizado.
Tras una reevaluación exhaustiva, la EFSA ha incrementado el límite de consumo de 5 mg/kg a 9 mg/kg de peso corporal por día, considerando este nivel seguro para el consumo humano.
La IDA anterior, establecida en 1995, se basaba en estudios que mostraban una mayor incidencia de tumores de vejiga en ratas macho. Sin embargo, el consenso científico actual indica que estos resultados no son relevantes para los seres humanos. Tras revisar todos los datos disponibles, la EFSA concluyó que la sacarina no causa daños en el ADN y es poco probable que su consumo esté asociado con el riesgo de cáncer en humanos.
Esta decisión se basa en estudios que indican que los tumores de vejiga observados en investigaciones anteriores con ratas no son relevantes para los humanos. Sin embargo, es importante destacar que la comunidad científica continúa investigando los posibles efectos de la sacarina en el organismo, especialmente en relación con alteraciones del microbioma intestinal y la tolerancia a la glucosa.
A pesar de esta reevaluación positiva, es importante considerar las recomendaciones de otros organismos de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso de edulcorantes no nutritivos, como la sacarina, para el control del peso, ya que su uso prolongado podría aumentar los riesgos de padecer diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y muerte prematura.
En resumen, aunque la EFSA ha aumentado el límite de ingesta diaria aceptable de la sacarina, es fundamental mantenerse informado sobre las recomendaciones de salud pública y considerar los posibles efectos a largo plazo de su consumo.
