La ruptura unilateral de contratos por parte de los suministradores de gas natural pone en crisis a la industria de transformación de productos animales. Con el incremento en la factura del gas natural, los costes energéticos pasarán a representar hasta el 55% del coste de transformación.
La industria es vital para una cadena de suministro de alimentos saludable e higiénica, y para garantizar que una amplia gama de enfermedades permanezca bajo control
ANAGRASA solicita al Gobierno de España rebajar los impuestos y más flexibilidad al caudal contratado para paliar la situación
El sector pide poder utilizar los 185 millones de euros recaudados en 2020 por exceso para bajar los peajes
La Asociación Nacional de Industrias Transformadoras de Grasas y Subproductos Animales (ANAGRASA) denuncia que la ruptura unilateral de contratos por parte de los diferentes suministradores de gas que en su momento suscribieron con esta industria va a llevar al sector a los números rojos.
En palabras de su presidente, David Codina, se trata de “un intento para trasladar el fuerte incremento de precios que se está registrando en el mercado que redundará negativamente en la capacidad del sector”.
Y es que, con la ruptura unilateral de estos contratos, el coste energético del sector pasará de representar entre el 15% y el 25 % del gasto de transformación al 50% y el 55% del total. “Estamos hablando de un aumento de hasta 134 millones de euros estimados que afectará al sector ganadero y a la industria cárnica”, ha añadido.
Esta ruptura también supone una amenaza para la continuidad del funcionamiento de la cadena alimentaria animal por cuanto “las empresas de transformación, en su condición de industrias de gas intensivas, pueden verse abocadas a parar la producción hasta que los precios vuelvan a una senda de normalidad”, ha comentado David Codina.
Y es que la industria del reciclaje del sector cárnico, que se ha mantenido funcionado con gran esfuerzo pese a la crisis del COVID-19, se enfrenta a un nuevo desafío con la situación del precio del gas. En concreto, el peso de este coste sobre el de fabricación ha crecido exponencialmente en el último medio año, que en estos momentos se acerca ya a precios que rondan los 100 euros/MWh, cuando en enero en el mercado organizado ibérico el precio era de una media de 27,08 euros/MWh.
Ayuda del Gobierno
En este punto, ANAGRASA ha solicitado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca (MAPA) la adopción de diferentes medidas para poder abordar esta problemática, entre las que destacan una rebaja en el impuesto del IVA y en el de Hidrocarburos; y que haya más flexibilidad al caudal contratado en las industrias, como se realizó durante el confinamiento y que sirvió para aliviar los costes de producción de la industria.
La asociación también insta a que la CNMV proceda a una bajada en los peajes desde este mismo mes, sin esperar a octubre de 2022, ya que se tratan de “circunstancias excepcionales y debidamente justificadas que justifican dicha modificación según la circular 6/2020”, ha comentado el presidente de ANAGRASA.
Esta bajada de peajes supondría poder utilizar el superávit de ingresos regulados de 2020, donde se recaudaron 185 millones de euros en exceso por una estimación de la demanda conservadora.
Infraestructuras críticas
Las instalaciones de transformación de subproductos animales constituyen una infraestructura crítica, brindando un servicio estratégico como el procesamiento del ganado muerto de las granjas y de una amplia gama de materiales del sector alimentario, para una cadena de suministro de alimentos saludable e higiénica, así como para garantizar que una amplia gama de enfermedades permanezcan bajo control.
Si no se gestiona adecuadamente, este material podría presentar un riesgo grave para la salud y el medio ambiente, por lo que su transformación es vital para garantizar que los consumidores tengan productos animales saludables.
Con estos números, la factura actual del gas natural tendrá repercusiones ampliamente negativas sobre los rendimientos de las empresas, llevándolas al límite de su umbral de rentabilidad y haciendo peligrar su viabilidad.
