En la industria de alimentos congelados, la logística dejó de ser un simple complemento para convertirse en un factor decisivo de competitividad. La capacidad de garantizar entregas puntuales, con la cadena de frío intacta y una atención cercana al cliente, puede marcar la diferencia entre liderar un mercado o perderlo frente a la competencia.
En este escenario, cada vez más compañías apuestan por desarrollar sistemas logísticos propios, aun cuando esto implique altos costos de inversión y un desafío constante de eficiencia.
El caso de Cymco Alimentos, con sede en el sur de Brasil, ilustra con claridad esta tendencia. Lo que comenzó como una pequeña productora de pan de queso terminó transformándose en una de las principales empresas de alimentos congelados de la región. En lugar de depender de operadores externos, la compañía decidió crear una flota propia de transporte refrigerado. Hoy, el 85 % de sus entregas se realizan con camiones de la marca, un cambio que reconfiguró por completo su modelo de negocio.
Actualmente, Cymco opera con 23 vehículos especializados que recorren más de 270 ciudades de diferentes estados brasileños. Esta red no solo garantiza que los productos mantengan temperaturas de entre -18 °C y -30 °C durante todo el trayecto, sino que también ofrece un nivel de previsibilidad y control que difícilmente se logra con operadores tercerizados. Gracias a este enfoque, la empresa ha reducido las pérdidas hasta en un 70 % y mantiene una tasa de desperdicio inferior al 0,5 %, un estándar de excelencia en el sector.
La logística propia, sin embargo, trasciende la cuestión técnica. Cymco la concibe como una extensión de su propuesta de valor: cada entrega es una oportunidad para reforzar la relación con el cliente. La compañía gestiona inventarios en los puntos de venta como si fueran propios, asegura flexibilidad frente a picos de demanda y ofrece soporte comercial directo durante la distribución. Esta combinación de eficiencia operativa y cercanía comercial ha consolidado la confianza de panaderías, supermercados y estaciones de servicio, que encuentran en la marca un socio más que un simple proveedor.
El crecimiento reciente refleja esa estrategia. En los últimos doce meses, Cymco incorporó ocho vehículos adicionales con mayor capacidad de carga, lo que le permite atender regiones estratégicas y aumentar la frecuencia de entregas. La meta es ambiciosa: pasar de 3.000 a 4.000 puntos de venta en 2025 y reforzar la presencia en los principales supermercados del sur de Brasil.
La apuesta por la logística propia no está exenta de riesgos. Los costos de combustible, mantenimiento y tecnología obligan a mantener una planificación rigurosa. En un sector de márgenes ajustados, cualquier ineficiencia puede comprometer la rentabilidad. Para mitigar estos desafíos, la empresa ha invertido en sistemas digitales de enrutamiento inteligente, trazabilidad y monitoreo en tiempo real, además de habilitar un canal para que los clientes sigan sus pedidos paso a paso.
La experiencia de Cymco demuestra que la logística interna puede convertirse en un diferenciador estratégico cuando se integra a la propuesta de valor. En un segmento tan sensible como el de los congelados, donde la calidad depende de la cadena de frío, controlar directamente la distribución significa garantizar que el producto llegue al consumidor final en condiciones óptimas.
Lo que antes era visto como un gasto adicional hoy se percibe como una inversión en competitividad. La evolución de Cymco confirma que la logística no es solo un medio para llevar productos al mercado, sino un componente esencial de la experiencia de consumo y de la fidelización a largo plazo.
