Impulsar la industria química no es solo estimular un sector productivo: es dar un paso decisivo hacia un Brasil económicamente soberano, competitivo y capaz de generar empleos de calidad.
Con esta visión, surge el Presiq (Programa Especial para la Sostenibilidad de la Industria Química), una iniciativa estructurante prevista en el PL 892/2025, concebida para modernizar el parque industrial, optimizar la competitividad y expandir un segmento que funciona como motor de toda la cadena productiva nacional.
La industria química ocupa un papel estratégico en el desarrollo económico del país. Sus insumos están presentes en el 96% de la producción industrial brasileña, desde la agricultura y la alimentación hasta la construcción civil, los cosméticos, los medicamentos, la energía, los fertilizantes, los plásticos y los materiales avanzados. En términos de generación de empleo, el sector supera los 2 millones de puestos directos e indirectos, con remuneraciones que duplican el promedio de la industria manufacturera tradicional. Asimismo, representa aproximadamente el 11% del PIB industrial y aporta cerca de R$ 30 mil millones en impuestos por año.
A pesar de esta importancia estructural, la situación actual del sector preocupa. En 2024, Brasil registró un déficit histórico de casi US$ 49 mil millones en la balanza comercial de productos químicos, reflejo de una creciente dependencia de insumos importados. Hoy, cerca del 49% de la demanda interna se abastece con productos provenientes del exterior, mientras la industria nacional opera con un 36% de capacidad ociosa, el nivel más alto de las últimas tres décadas. Esta combinación genera pérdida de competitividad, reducción de inversiones, fuga de valor agregado y vulnerabilidad ante fluctuaciones internacionales.
Es en este contexto que el Presiq se presenta como una herramienta fundamental para revertir esta tendencia. El programa propone un conjunto de medidas destinadas a garantizar previsibilidad regulatoria, incentivar la innovación, ampliar la capacidad productiva y crear condiciones más favorables para el desarrollo tecnológico. También busca estimular la transición hacia procesos más sostenibles, con menor huella ambiental, alineados a los compromisos globales de descarbonización.
El fortalecimiento de la industria química tiene un efecto multiplicador sobre otros segmentos de la economía. Al fomentar la producción local de insumos estratégicos —como fertilizantes, resinas, solventes, compuestos farmacéuticos y materiales de alto rendimiento— el país reduce su dependencia externa, mejora su competitividad exportadora y consolida cadenas de valor esenciales para la actualidad y el futuro. En sectores como la agricultura y la energía, contar con una industria química sólida es decisivo para garantizar seguridad productiva y estabilidad de precios.
Además, el Presiq reconoce la importancia de integrar políticas de formación profesional, apoyo a la investigación aplicada y estímulo a startups y centros tecnológicos vinculados al sector. La meta es promover un ecosistema que combine industria, ciencia y tecnología, capaz de atraer capital, expandir mercados y generar empleos altamente calificados.
Reactivar la industria química no es solo una cuestión económica: es una estrategia nacional de soberanía y desarrollo. El Presiq, al proponer bases sólidas para la modernización del sector, posiciona a Brasil para recuperar competitividad, reducir vulnerabilidades externas y avanzar hacia un modelo industrial más innovador, fuerte y sostenible.













