La multinacional irlandesa Kerry, referente global en sabor, nutrición y tecnología alimentaria, ha reforzado su presencia en Colombia como parte de una estrategia más amplia de crecimiento en América Latina.
En 2025, la compañía inauguró una planta en Barbosa, al norte del Valle de Aburrá, y estableció en Medellín un centro de investigación y desarrollo (I+D) destinado a atender el mercado de Centroamérica, el Caribe y los países andinos.
Con más de 50 años de experiencia global y tres décadas de trayectoria en Latinoamérica, Kerry busca consolidarse como líder en soluciones de nutrición sostenible y productos cárnicos de valor agregado, aprovechando su avanzada tecnología y un profundo conocimiento del mercado regional. “Kerry inspira los alimentos y nutre la vida. Nuestro enfoque está en desarrollar alimentos seguros, sostenibles, sabrosos y nutritivos”, resume Reynaldo Barros, gerente general para la región CaCar & Andina, que incluye Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Centroamérica y el Caribe.
La decisión de ubicar su hub regional en Medellín respondió tanto a criterios estratégicos como a factores de entorno. En 2023, Kerry adquirió la empresa Proexcar, especializada en soluciones tecnológicas para la industria cárnica, con experiencia en inyección y preservación de proteínas. “Buscábamos una compañía con capacidades complementarias y una ubicación estratégica. Medellín ofrecía ambas cosas”, explica Barros.
Desde su planta local, Kerry produce fibras proteicas y colagénicas, base de ingredientes utilizados por empresas procesadoras de pollo, res y cerdo en Colombia, y que además se exportan a Centroamérica, el Caribe y parte de Sudamérica. Paralelamente, la planta de Barbosa, inaugurada en noviembre de 2024, se orienta a la verticalización de la producción de colágeno, una de las 22 tecnologías que la empresa ofrece a nivel mundial. La inversión total supera los 50 millones de dólares y busca expandirse con nuevas líneas productivas.
El crecimiento de Kerry se apoya en una estructura global diversificada: factura más de 7.000 millones de euros anuales, con la mitad de sus ingresos provenientes del continente americano. Su portafolio abarca soluciones tecnológicas presentes en bebidas, snacks, panadería, salsas y cárnicos, donde sus ingredientes mejoran sabor, textura, conservación y valor nutricional. “En un nugget o hamburguesa de pollo puede haber entre tres y cuatro tecnologías Kerry, aunque el consumidor final no vea nuestro nombre en el empaque”, detalla Barros.
La compañía emplea en Colombia a más de 160 personas, entre ingenieros de alimentos, microbiólogos y expertos en innovación. Desde sus laboratorios de Medellín, analiza tendencias globales como la reducción de sodio y azúcar, la preservación natural y el desarrollo de alimentos con etiquetas limpias (clean label).
Kerry también se adapta a los nuevos entornos regulatorios de la región, especialmente en Colombia, donde el etiquetado y los impuestos saludables plantean desafíos a la industria. “Es una oportunidad para innovar en reformulación y ofrecer productos más saludables sin sacrificar sabor”, afirma el ejecutivo.
Con presencia en México, Brasil, Costa Rica, Guatemala y ahora Colombia, Kerry refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la innovación como motores del futuro alimentario. Su expansión en el país andino no solo fortalece su posición en Latinoamérica, sino que convierte a Medellín en un nuevo eje de desarrollo tecnológico para la industria global de alimentos.