La cerveza, una de las bebidas con mayor presencia en la cultura mexicana y en los mercados globales, ha sido tradicionalmente percibida como una opción de bajo contenido calórico, especialmente cuando se compara con otras bebidas alcohólicas como los cócteles o los licores.
Sin embargo, recientes hallazgos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) cuestionan esta percepción, al revelar que algunas marcas de cerveza —incluyendo versiones sin alcohol— contienen niveles significativos de azúcar que podrían representar riesgos para la salud si se consumen con frecuencia.
En un estudio comparativo realizado por Profeco, se analizaron diversas marcas de cerveza disponibles en el mercado mexicano, con especial atención al contenido de azúcares, ingredientes, valor nutricional y calidad general del producto. Esta investigación forma parte de una estrategia más amplia del organismo para garantizar que los consumidores tengan acceso a información clara y útil en productos del sector bebidas, en especial aquellos que por su consumo habitual tienen un impacto relevante en la salud pública.
Marcas con mayor contenido de azúcar: El análisis de Profeco reveló que algunas cervezas, particularmente las de tipo sin alcohol o de fermentación especial, contienen una cantidad considerable de azúcar añadida. Estas son las marcas que encabezaron la lista:
Erdinger Weissbier: Esta cerveza de origen alemán encabeza la lista con 3.56 gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Su sabor distintivo, resultado de una fermentación más compleja y el uso de trigo, también conlleva una carga calórica inesperada para muchos consumidores.
Mahou 0.0 Tostada: La versión sin alcohol de esta marca española contiene 3.19 gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Aunque suele promocionarse como una alternativa saludable, su aporte de azúcar la sitúa en un nivel que requiere atención.
Tecate 0.0: La opción sin alcohol de una de las cervezas mexicanas más conocidas no se queda atrás, con 2.84 gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Este hallazgo demuestra que eliminar el alcohol no siempre significa eliminar los riesgos metabólicos asociados al consumo frecuente.
Old Milwaukee: Proveniente de Estados Unidos, esta cerveza ocupa el cuarto lugar con 2.55 gramos de azúcar por cada 100 mililitros.
Estos niveles de azúcar, si bien no son comparables con los de bebidas azucaradas como refrescos o jugos industrializados, deben ser tomados en cuenta, sobre todo cuando el consumo es frecuente o en grandes volúmenes.
Una industria bajo la lupa: la necesidad de etiquetado claro: Uno de los principales señalamientos de Profeco fue la falta de etiquetado claro, preciso y accesible en muchas de las cervezas analizadas. A diferencia de los productos no alcohólicos, en los que la legislación mexicana ha avanzado significativamente en materia de etiquetado frontal, las bebidas alcohólicas —incluidas las cervezas— todavía presentan vacíos normativos en cuanto a información nutricional, advertencias sanitarias y claridad en ingredientes.
Esto representa un desafío para la industria de bebidas alcohólicas, especialmente en un contexto donde los consumidores son cada vez más conscientes de su salud y exigen mayor transparencia. Para Profeco, avanzar hacia un etiquetado estandarizado en cervezas, vinos y licores es un paso fundamental para empoderar al consumidor y reducir los riesgos asociados al consumo excesivo de azúcar y calorías vacías.
Impacto en salud pública y decisiones informadas: El consumo frecuente de bebidas con alto contenido de azúcar se asocia con enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, hígado graso y trastornos cardiovasculares. Si bien la cerveza no suele ser vista como una fuente importante de azúcar, este estudio muestra que ciertas variedades pueden tener un impacto significativo si se integran de manera regular en la dieta.
Además, las versiones "sin alcohol" de cerveza suelen percibirse como más saludables, lo que puede llevar a un mayor consumo. Sin embargo, este tipo de productos muchas veces reemplazan el alcohol con azúcares para mantener el sabor, lo cual podría generar una falsa sensación de seguridad.
Profeco recomienda a los consumidores leer cuidadosamente las etiquetas y optar por marcas que ofrezcan información completa sobre su composición. Asimismo, exhorta a los productores y embotelladores a asumir su responsabilidad con el consumidor e implementar prácticas más transparentes, desde el etiquetado hasta las estrategias de mercadeo.