La libra de café colombiano cerró en US$1,54 en la Bolsa de Nueva York, su peor precio desde 2020. Los pronósticos al alza de Brasil, el factor que más presiona. Mientras que Brasil envió en 2022 a los mercados externos 39,35 millones de sacos de café de 60 kilos, Colombia exportó 11,4 millones de sacos
El precio internacional del café no pasa por su mejor momento. La cotización del arábigo (referencia para Colombia) en la Bolsa de Nueva York se ubicó el pasado 11 de enero en US$1,43 por libra, su peor precio desde junio de 2020, cuando estuvo en US$1,49.
Este jueves, según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el grano cerró en US$1,54 la libra, cifra que sigue estando muy por debajo de los US$2,20 que se alcanzó a pagar el 9 de febrero de 2022, el pico más alto de ese año. Es decir, desde ha tenido una disminución de 30% en el precio.
Esta situación, sumada a la caída que ha presentado el dólar —la Tasa Representativa del Mercado (TRM) vigente para hoy bajó a $4.683,85—, está generando presión en los productores y exportadores, pues el precio interno del café colombiano depende en parte del valor en la Bolsa de materias primas (commodities), en Nueva York.
“El incremento de la tasa de cambio sirve para incrementar el precio interno, siempre y cuando el precio de la libra se mantenga o suba. Y de esta manera también aumenta el valor de las exportaciones”, explicó Álvaro Jaramillo, gerente del Comité de Cafeteros de Antioquia.
Brasil, ¿una amenaza?
Las exportaciones de café brasileño el año pasado le dejaron ingresos récord por US$9.200 millones, representando un incremento de 46,9% frente a lo registrado en 2021. Esto, pese a que el volumen del grano vendido en el exterior disminuyó, según informó el Consejo de Exportadores de Café de Brasil (Cecafé)Así, mientras que Brasil envió en 2022 a los mercados externos 39,35 millones de sacos de café de 60 kilos, Colombia exportó 11,4 millones de sacos.
Y para este 2023, ese país pronostica que la producción de café brasileño crecerá un 7,9% frente a 2022, hasta alcanzar un volumen de 54,94 millones de sacos de 60 kilos del grano.
Precisamente, esas estimaciones de producción tan altas por parte de Brasil son, según Jaramillo, el principal factor que ha hecho que la Bolsa de Nueva York vaya con tendencia a la baja, y consecuentemente el precio interno.
“En el caso colombiano, la tasa de cambio ha caído mucho. Entonces, nosotros nos traemos el precio de allá y aquí perdemos más valor”, apuntó Jaramillo.
Por esta razón, agregó, “cuando tuvimos un valor interno por encima de los $2 millones la carga, estábamos con un café rondando los US$2 la libra y una prima de 70 centavos de dólar; es decir, llegamos a tener un precio de US$2,70. Ahora, estamos con primas que han caído a 35 centavos de dólar, y con precios internacionales que se están desplomando por debajo de los US$1,50”.
Desde la óptica de José María Henao, caficultor del municipio de Andes, Suroeste antioqueño, la especulación en el mercado es lo que está provocando que los precios desciendan en esa magnitud.
“Nos dicen que es algo ocasionado por la recesión mundial y la crisis de los insumos, pero nosotros pensamos que se debe a algo más especulativo, porque no entendemos por qué, si la caficultura en Brasil tiene las mismas dificultades que Colombia, como las lluvias, los pronósticos van al alza, y los precios externos caen.
Teniendo en cuenta, además, que el volumen de su producción también ha tenido caídas muy fuertes”, señaló Henao.
¿Por qué Colombia importa café?
Durante las primeras décadas del siglo XX, Colombia se posicionó como el segundo exportador de café en el mundo después de Brasil, pero esto cambió en 2011, cuando fue alcanzado por Vietnam.
Sin embargo, pese a que el país sigue siendo uno de los grandes productores y exportadores de café a nivel mundial, fue el sexto mayor comprador de café brasileño, con 1,7 millones de sacos, un volumen en un 48,1% superior al registrado en 2021.
De acuerdo con Jaramillo, el café de colombiano ha estado “tan bueno”, que se ha exportado prácticamente todo, por lo que no se ha dejado casi pasilla, que son los granos de inferior calidad. Pero, al Colombia tener una industria de solubles —como Colcafé, Buencafé, entre otros—, hace que se necesiten este tipo de granos.
“Por eso, cuando vemos las importaciones, que llegaron como a 1,2 millones de sacos el año pasado, más del 50% lo exporta Colcafé de Brasil. Ahí nosotros hemos tenido un ruido con los productores, que le han pedido varias veces al Gobierno que cierre las importaciones, pero desde el gremio les hemos explicado que esto no se puede hacer por asuntos relacionados con la Comunidad Andina, es algo muy complejo”, indicó el dirigente gremial.
Y añadió que aunque en diferentes gobiernos se han puesto algunas barreras o limitaciones a esas importaciones, países como Brasil las han demandado y las han tumbado, argumentando un libre mercado.
Así pues, este 2023 no pinta tan fácil para el sector cafetero colombiano, pues prevén que seguirán grandes amenazas como el fenómeno de La Niña, la menor producción, la reducción de precios y las importaciones.