La sección de Infección y Nutrición del Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) realizó una investigación en la que revela que algunos parásitos intestinales son resistentes a los tratamientos para la purificación del agua destinada al consumo humano.
El estudio lo realizó la Dra. Melissa Solano Barquero (investigadora de esa sección del INISA), en colaboración con el Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA). Se evaluaron cinco plantas de tratamiento de agua residual del Área Metropolitana, en diferentes meses del año y determinaron que en la mayoría el agua contenía parásitos, aún después de pasar por todos los procesos de limpieza de la planta.
Según la investigadora, un 70% de las muestras de agua residual obtenida en febrero y octubre del 2014 dio positivo a la presencia de parásitos. En Costa Rica al igual que en muchos países no se contaba con un método para su detección.
En cuanto al agua de consumo humano en Costa Rica, según los reportes del AyA los ríos proveen 321 fuentes, las cuales abastecen al 60% de la población, sin embargo, solo el 15% de estas pasan por plantas de tratamiento.
Se encontraron diversos parásitos según la planta de tratamiento, y concentraciones bajas de parásitos como Giardia sp y Cryptosporidium sp. También otras amebas comensales como Entamoeba coli y Endolimax nana en las diferentes plantas de tratamiento de agua de consumo humano y agua potable analizadas. Las plantas no en todos los casos lograron su eliminación, aunque en la mayoría redujeron la concentración de parásitos.
“En las salidas encontramos también huevecillos helmintos que son bastante grandes, cuando uno esperaría que se remuevan más en las plantas de tratamiento. Es decir, estos microorganismos están cayendo a los ríos aunque se le hace todo ese proceso al agua para eliminar contaminantes. Normalmente a nivel mundial el único contaminante que se analiza en el agua son las bacterias que, en su mayoría, son erradicadas con la cloración del agua." Declaró la Dra. Solano.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 94% de las diarreas alrededor del mundo están asociadas a factores ambientales, entre ellos el consumo de agua contaminada.
En Costa Rica los métodos estándar de análisis de parásitos en aguas han sido planteados por la ISO y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (USEPA), pero son muy caros y fueron diseñados únicamente para la detección de los parásitos Cryptosporidium sp y Giardia sp. Por eso la investigadora planteó investigar nuevas metodologías. La mejor opción resultó ser la floculación con sulfato de aluminio, ya que es económica y se puede utilizar en diferentes tipos de agua, pero no posee una sensibilidad suficiente para el análisis de agua de consumo humano, en cuyo caso se debe aplicar una metodología estándar.
"Es es importante considerar en el abastecimiento de agua potable la calidad inicial de la fuente, el mantenimiento que se le brinde a las plantas de tratamiento y el realizar monitoreos integrales en zonas vulnerables, que abarquen otros tipos de microorganismos además de las bacterias." Concluyó la investigadora.
Más información en http://inisa.ucr.ac.cr/