Según el chef Francisco Barros, el mercado de este producto ha variado, y hoy las preparaciones incluyen también opciones veganas
y más saludables, pero sin dejar de lado las más tradicionales.
De acuerdo con Euromonitor Internacional, 4 de cada 10 chilenos consumen este alimento una vez por semana. La hamburguesa es una de las comidas más famosas del mundo. Nació en el siglo XIX en Hamburgo, Alemania, y desde ahí comenzó su expansión a
otros países como Estados Unidos. Hoy, en Chile, según datos de Euromonitor Internacional, 4 de cada 10 personas la consumen una vez
por semana y esta alta demanda ha generado una proliferación de los restoranes que ofrecen este producto, que es mundialmente celebrado
cada 28 de mayo.
Francisco Barros, Chef Ejecutivo de Marsol, empresa que provee equipamiento y servicio técnico a diversas industrias, cuenta que “hoy en
día los chef tenemos que satisfacer paladares más exigentes que hace 10 años. La hamburguesa más tradicional de carne de vacuno, y sus
ingredientes, está dando paso a opciones más novedosas y saludables, como las que están preparadas en base a legumbres o quínoa”.
En este sentido, el mercado ha ido evolucionando para satisfacer las necesidades de los consumidores, lo que va de la mano con poder sumar nuevos ingredientes que antes eran poco comunes, como distintos tipos de salsas e incluso carnes menos tradicionales como el asado de tira; sobre costilla y punta ganso, entre otras.
“Los desafíos actuales no están sólo centrados en preparar una hamburguesa sabrosa, sino que van más allá. Tiene que ver con llevar la
alta cocina a un público más masivo y esto es algo que te lo permite esta preparación. Hoy podemos encontrar, por ejemplo, en restaurantes de Europa, hamburguesas por 350 euros, pero esa misma preparación, perfectamente la podemos encontrar en algún local del barrio Bellavista y va a ser igual de rica y de gran calidad y, obviamente, por un precio mucho más accesible”, aclara Barros.
La preparación en grandes cantidades también es un desafío, porque permite optimizar los recursos y atender a más personas. “La tecnología actual tiene equipos, como los hornos combinados, que permiten preparar varias hamburguesas al mismo tiempo y todas
prácticamente iguales en textura y sabor. El SpeedX es un ejemplo de esta tecnología, que incluso se puede monitorear a distancia.
También hay otros más tradicionales, que incorporan el carbón en la preparación, volviendo a los orígenes de la cocina y entregando un sabor más casero, como las innovaciones de Mi Brasa, un horno a carbón que emula las tradicionales parrillas que permite cocinar cualquier tipo de alimento, que conserva y mantiene los sabores naturales de los ingredientes y que estará próximamente en el mercado nacional”, cierra el Chef Barros.