Los suplementos deportivos han dejado de ser artículos consumidos exclusivamente por atletas de alto nivel para convertirse en elementos clave en las despensas de cientos de aficionados y no aficionados al deporte que buscan mejorar su rendimiento y/o su salud.
Es precisamente esa búsqueda de un mayor bienestar integral la que impulsa la tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del sector, que se estima que sea de un 7,6% durante la próxima década, y lo convierte en una de las principales ramas de la industria de los suplementos nutricionales. Eso sí, la expansión del mercado no es homogénea.
América del Norte, con Estados Unidos a la cabeza, representa casi un tercio del valor total del mercado global, por delante de Europa (29,1%) e incluso del sudeste asiático (25,5%). Ahora bien, es precisamente esta última región (sumando Oceanía) la que experimentará un desarrollo más impactante en años venideros —nada menos que un CAGR del 12,8% entre 2022 y 2032—, según datos facilitados por Future Market Insights.
Locos por las proteínas
La demanda de proteína ha aumentado notablemente y continuará haciéndolo en un futuro cercano; un hecho que no sorprende si se tiene en cuenta el creciente interés suscitado entre la población por el culturismo, el fitness o el running, modalidades estas muy exigentes en cuanto a la ingesta cotidiana de este macronutriente.
Más del 50% de esta demanda es satisfecha en el caso de los deportistas por alimentos de origen animal, principalmente carne de pollo, huevos y lácteos. Sin embargo, no siempre se logra alcanzar la meta calórica diaria únicamente con alimentos convencionales y es en este escenario donde emerge una de las piedras angulares del negocio: la proteína de suero.
También conocida como proteína whey, este tipo de suplemento se ha popularizado (especialmente en su formato en polvo) hasta el punto de que su valor de mercado previsto para 2033 rebasa los 40.000 millones de dólares estadounidenses. Es más, su volumen de consumo rondará las 34.000 toneladas en 2030, es decir, un 5% más respecto a 2022.
Asimismo, las alternativas veganas también vienen pisando fuerte. Tal es el caso de la proteína de guisante, que ha pasado de ser prácticamente una desconocida a convertirse en una de las opciones más prometedoras, con un CAGR estimado del 7% entre 2023 y 2033.
Pero no sólo de proteína vive el deportista. Existe una amplia variedad de sustancias adicionales destinadas a apoyar las etapas de pre-entreno, intra-entreno y post-entreno. Dentro de este largo listado hay cuatro (aparte de la ya mencionada proteína) que gozan de excelentes proyecciones de mercado debido a sus beneficios y versatilidad: la creatina, los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA), el óxido nítrico y las vitaminas.
Bebidas deportivas: cada vez más funcionales
Ante previsiones tan prometedoras, cabe preguntarse cuáles son las características o bondades que buscan sus compradores. En este sentido, el análisis de los artículos de nutrición deportiva favoritos en las regiones donde cuentan con mayor penetración revela dos importantes tendencias: por un lado, una marcada predilección por el formato líquido y, por otro, una previsible inclinación hacia productos con un gran contenido proteínico.
De ellos se espera que, además de que refuercen los sistemas inmune, digestivo y metabólico, ayuden a controlar el peso, hayan sido producidos con ingredientes naturales y estén libres de azúcares añadidos o lactosa.
A cambio, el consumidor está dispuesto invertir más dinero, pues sólo un 20% de los participantes en un estudio realizado en 2022 en Estados Unidos, Europa y Asia consideraba el precio como un factor decisivo a la hora de realizar su compra.