¿Las mismas reglas que gobiernan la atracción humana también se aplican a nuestras opciones de frutas y verduras? Un montón de evidencia sugiere que buscamos rasgos similares en ambas personas y productos, y nuestra percepción de los alimentos están claramente afectado por lo que parece. Cada año, se desperdicia 1,3 billones de toneladas de comida en todo el mundo, un tercio del total producido. Esta cifra increíble está formada en parte por la fruta y verdura "fea", los que son perfectamente comestible, pero son rechazados por los supermercados debido a su piel manchada o forma inusual.
En Marzo de 2015 se abrió una tienda pop-up de comida fea con la misión de cambiar la percepción de la comida no deseada. Desde entonces, alimentos feos parecen estar haciendo una reaparición. Una ráfaga de emoción acompaña el lanzamiento de "Wonky veg box" de supermercados británicos que, por sólo £3,50 (US$ 5), promete alimentar a una familia de cuatro personas por una semana. ¿Entonces, siempre nos importó el tamaño de nuestras bananas, o recién ahora nos convertimos en personas más receptivas a la idea de las verduras raras o deformes?
Las teorías de la atracción humana sugieren que la gente hermosa se consideran en general a ser más honestas, más social y más exitosa. Finalmente, parece que estamos programados para encontrar personas atractivas más simpáticas, incluso los bebés recién nacidos pasan más tiempo mirando a la más bonitas entre nosotras. La simetría es fundamental, como rostros simétricos son más fáciles de procesar visualmente y significan salud genética. Desde una perspectiva evolutiva, la selección de un compañero con características simetricas aún es una apuesta más segura, ya que las asimetrías pueden ser causadas por infecciones y enfermedades durante el desarrollo físico.
Aunque es lógico que nosotros naturalmente seleccionamos productos que sean libre de enfermedades, en realidad la forma de la fruta o verdura no tiene nada que ver con el contenido nutricional o el sabor, y ninguna ventaja evolutiva.
Una explicación alternativa es que nosotros "comemos con los ojos". El color tiene un impacto enorme en cómo percibimos el gusto, con múltiples estudios que demuestran cómo una variedad de respuestas aprendidas y naturales pueden influenciar la comunicación entre los ojos y el cerebro para determinar el sabor. Por ejemplo, catadores profesionales admitieron pensar que es un poco sospechosos, mientras bebían vino blanco disfrazado visualmente como uno tinto. Sin embargo, confiaron en sus retinas sobre sus papilas gustativas, hasta que el engaño fue revelado. Igualmente, modificando el color del helado de vainilla puede determinar su sabor, como el color marrón representa el chocolate, rosa como la fresa, y verde como la menta.
Teniendo en cuenta estos resultados, es comprensible que siempre sean las papas desfiguradas que queden en el estante. Sin embargo tirar unas cuantas papas aisladas no tiene nada en las millones de toneladas de frutas y verduras que se les niega incluso la posibilidad de llegar a las puertas del supermercado.
Gracias a la abundancia mundial y comercio internacional, supermercados ahora pueden ser más selectivos. Gran parte de los alimentos considerados feos, son dañados en los largos viajes en barco. El desperdicio innecesario, tanto de frutas y verduras importadas y nacionales parece sin sentido. Sin embargo si los consumidores no son conscientes de esto, no pueden hacer nada para cambiarlo.
Las actitudes parecen estar cambiando, sin embargo, gracias a la cobertura de alto perfil de los residuos de alimentos masivos. La comida fea es cada vez más popular, y la influencia social tiene un gran impacto en nuestro comportamiento. Wonky Veg puede ser el nombre que mejorara la influencia social, ya que su campaña de marketing esta centrada en la idea de"humanizar" un grupo de frutas y verduras desafortunadas, dándole a los consumidores una raíz emocional.
Más allá de la moda, los múltiples beneficios de los alimentos "feos" se admiran ya que es barato y ayudan a disminuir los residuos. La reaparición de la fruta y verdura fea demuestra que la sensibilidad y la influencia social puede reemplazar un instinto natural para seleccionar verduras y frutas simétricas y perfectas. Si se trata de una tendencia capaz de soportar la subida y bajada de fantasía pasajera, sólo el tiempo los dirá. Sin embargo, mientras tanto, si podemos reducir los residuos y gastar menos, definitivamente suena atractivo para quienes nos interesa cuidar el planeta y la seguridad alimentaria.
Traducción por Vistoria Weler de The Conversation
