La industria porcina costarricense ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, reflejando el esfuerzo, la dedicación y el compromiso de los productores locales. Gracias a su trabajo, el sector se ha consolidado como un eslabón clave en la cadena de suministro de alimentos del país.
En 2024, el consumo per cápita de carne de cerdo en Costa Rica superó los 19.3 kilogramos por persona al año, evidenciando un aumento en la preferencia de los costarricenses por este alimento. Así lo indican los datos de la Cámara Costarricense de Porcicultores (CAPORC), que resalta la creciente demanda de carne de cerdo en el mercado nacional.
Bioseguridad y Calidad: Claves en la Producción Porcina
Uno de los pilares fundamentales que ha impulsado el crecimiento del sector es la aplicación de estrictos protocolos de bioseguridad en las granjas tecnificadas. Estas medidas garantizan que la carne de cerdo producida en Costa Rica cumpla con los más altos estándares de calidad, seguridad e inocuidad alimentaria, asegurando así la protección de la salud pública.
Entre las estrategias implementadas destacan:
- Monitoreo constante de la salud animal para la detección temprana de enfermedades.
- Programas de vacunación preventiva, reduciendo la necesidad del uso de antibióticos.
- Control de acceso y protocolos de higiene rigurosos para evitar la introducción de patógenos en las granjas.
- Gestión eficiente de residuos para minimizar el impacto ambiental y mantener condiciones sanitarias óptimas.
Estas prácticas no solo fortalecen la confianza de los consumidores en la carne de cerdo, sino que también garantizan un abastecimiento sostenible para el mercado.
Compromiso con el Bienestar Animal y la Producción Responsable
El bienestar animal es un aspecto central en la producción porcina costarricense. Los porcicultores han adoptado prácticas innovadoras y tecnología avanzada para optimizar el manejo de los cerdos en todas las etapas de su desarrollo, desde la lactancia hasta el engorde.
“Estamos comprometidos en brindar a los costarricenses una carne de cerdo que cumpla con los más altos estándares de calidad, respetando a los animales y al entorno. La seguridad alimentaria es nuestra prioridad, pues sabemos que la salud y bienestar de la población dependen de la calidad de lo que ofrecemos”, expresó Luis Diego Rojas Hernández, presidente de CAPORC.
La tecnificación del sector permite mejorar la eficiencia en la producción sin comprometer el bienestar de los animales. Esto incluye el diseño de instalaciones adecuadas, alimentación balanceada y un ambiente controlado que reduzca el estrés en los cerdos, contribuyendo así a la calidad final del producto.
Un Sector Esencial para la Salud Pública y la Nutrición
Más allá de su importancia económica, la industria porcina desempeña un papel clave en la seguridad alimentaria y la nutrición de las familias costarricenses. La carne de cerdo es una fuente esencial de proteínas, vitaminas y minerales, elementos fundamentales para una alimentación equilibrada.
Los porcicultores costarricenses trabajan día a día para ofrecer un producto seguro, saludable y de alta calidad. La combinación de estrictos controles sanitarios, tecnología avanzada y un compromiso inquebrantable con el bienestar animal ha convertido a este sector en un pilar de la salud pública en el país.
“Los porcicultores no solo producen proteína de alta calidad, sino que también garantizan que esta llegue a las mesas costarricenses con los más altos estándares de inocuidad. Su labor es fundamental para fortalecer la confianza en los productos locales y asegurar una alimentación segura para la población”, concluyó Luis Diego Rojas Hernández.
El crecimiento sostenido de la industria porcina en Costa Rica es un reflejo del esfuerzo conjunto de productores, organismos reguladores y consumidores, quienes cada día apuestan más por la calidad y la seguridad en la alimentación.