Las negociaciones se enmarcan en las recomendaciones de la llamada Declaración de Milán, firmada por 32 países la década pasada por iniciativa de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.
El Gobierno suizo logró a través de negociaciones con la industria alimentaria local un compromiso para reducir el azúcar en refrescos, bebidas lácteas y ricotta, aunque todavía no ha logrado similares avances para disminuir la cantidad de sal en otros alimentos, indicó este lunes (12.12.2022) la prensa local.
Todas las grandes empresas del país están dispuestas a reducir en un 10 por ciento el azúcar en los alimentos citados para finales de 2024, señaló un portavoz de la Oficina Federal de Seguridad Alimentaria y Veterinaria en declaraciones a la agencia local ATS. El acuerdo sigue a uno similar alcanzado en 2019 para reducir los azúcares en yogures (un 10 por ciento) y cereales (un 15 por ciento), con la participación entonces de 14 empresas y también de cara a 2024.
Estos éxitos no están teniendo avances paralelos a la hora de conseguir reducir la sal en alimentos procesados, al parecer por la negativa de las autoridades a utilizar productos sucedáneos, indicó la oficina federal del sector.
Las negociaciones se enmarcan en las recomendaciones de la llamada Declaración de Milán, firmada por 32 países la década pasada por iniciativa de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.
Las estadísticas en Suiza indican que la población del país consume unos 8 gramos de sal al día, una cifra superior a los 5 gramos máximos (el equivalente a una cucharadita) recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar la presión arterial y la salud cardíaca.
De forma paralela, los helvéticos consumen unos 83 gramos de azúcar cada día, cuando el máximo recomendado por la OMS son unos 25 gramos (5-6 cucharaditas).