Casi todo el mundo ha tenido que tirar en algún momento de su vida el pan sobrante. o de días anteriores. Comprar la cantidad justa a menudo es complicado.
A veces una barra es poco pero dos son muchas. Otras, simplemente, no tienes tiempo ni para comprarlo debido a tu horario. Conozco a más de uno que se habrá sentado a comer sin pan solo por no bajar a por él al establecimiento más cercano...
Por ello, la solución, que, además, cada vez se utiliza más, es congelarlo. Cuando metemos pan en el congelador, no es simplemente meterlo y ya. Hay que seguir una serie de recomendaciones de cara a que ni se ponga malo, ni tarde mucho tiempo en descongelarse después. Por ello, ¿cómo lo hacemos?
Hay que tener en cuenta que, cuanto más tiempo, más propiedades pierde el pan. Obviamente, no vas a tener una intoxicación alimentaria si lleva más tiempo congelado, pero sí va a tener un sabor menos potente y una textura distinta.
En primer lugar, es conveniente guardar el pan en rodajas, como en la foto, lo más importante es que no esté en el congelador más de tres meses.
Cuanto más tiempo pase, más propiedades perderá: sin embargo, pasados tres meses, el pan estará en un estado completamente distinto.