Mientras los líderes mundiales se reúnen en París los días 22 y 23 de junio para comenzar a sentar las bases de una nueva arquitectura financiera global sensible a las necesidades de los países en desarrollo, en particular aquellos que enfrentan múltiples crisis climáticas y económicas, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) lanza una campaña para aumentar las inversiones en pequeños agricultores con el cortometraje: Un nuevo día.
En la Cumbre por un Nuevo Pacto Mundial de Financiamiento, los líderes mundiales de los gobiernos, las instituciones financieras, el sector privado y la sociedad civil decidirán las formas de remodelar el sistema financiero internacional y canalizar urgentemente más recursos a los países más pobres para invertir en el desarrollo sostenible, y proteger mejor el medio ambiente y las poblaciones del cambio climático.
“Las inversiones en las zonas rurales y la agricultura pueden sacar a millones de familias campesinas a pequeña escala del hambre y la pobreza.
Es crucial que los líderes mundiales que establecerán una visión sobre cómo reformar nuestro sistema financiero mundial en París, sean conscientes del poder de las inversiones en las poblaciones rurales y se aseguren de que los países en desarrollo puedan acceder a la financiación que necesitan para impulsar su desarrollo y adaptarse a cambio climático.
Un nuevo día es posible”, dijo Hélène Papper, Directora de Promoción y Comunicaciones Globales del FIDA.
El cortometraje fue realizado por el galardonado cineasta Jonathan Pearson y la productora UNIT9, con sede en Londres. El anuncio se filmó el verano pasado en Túnez durante temperaturas récord. Presenta a la población rural y las comunidades agrícolas en uno de los entornos desérticos más duros y frágiles del mundo, duramente golpeado por las sequías, que pueden cultivar más alimentos y adaptarse a los desafíos del cambio climático gracias a un proyecto respaldado por el FIDA.
“La idea no era sermonear o pintar una imagen sombría de los desafíos que enfrentan estas comunidades, sino más bien lograr un tono de celebración y enérgico que muestre a estas personas prosperando y adaptándose. La película tiene como objetivo mostrar el trabajo vital que está haciendo el FIDA, además de poner a los agricultores al frente y al centro como héroes, para garantizar que continúen recibiendo apoyo en estos tiempos difíciles”, dijo Pearson.
La canción icónica de Nina Simone Feeling Good fue donada al proyecto y sirve como banda sonora. La canción trata sobre la liberación de la opresión y les recuerda a los espectadores que existen soluciones para los desafíos más apremiantes del mundo, y que las personas rurales que viven vidas dignas están impulsando su propio desarrollo y pueden prosperar aún más con nuestro apoyo. La modelo y activista Sabrina Dhowre Elba narra la pieza. Tanto Sabrina como Idris Elba son embajadores de buena voluntad de las Naciones Unidas para el FIDA.
“Es vital arrojar luz sobre las personas que están sufriendo los efectos del cambio climático ahora, pero también mostrar que podemos aprender de estos agricultores, ya que el cambio climático y la inseguridad alimentaria nos afectan a todos”, dijo Sabrina Elba. “Necesitamos hacer un llamado a nuestros líderes para que inviertan más en organizaciones como el FIDA y el desarrollo que brinda soluciones a largo plazo y genera cambios”.
El ochenta por ciento de las personas más pobres del mundo vive en zonas rurales. Los pequeños agricultores que producen hasta el 70 % de los alimentos en los países de ingresos bajos y medianos suelen ser los primeros en sufrir hambre y pobreza.
Las inversiones para impulsar la producción, aumentar la resiliencia al cambio climático y brindar acceso a los conocimientos, los mercados y las tecnologías pueden sacarlos de la pobreza y el hambre. Invertir en agricultura es dos o tres veces más efectivo para reducir la pobreza que invertir en cualquier otro sector.
La cantidad de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) dirigida a la agricultura se ha estancado en 4 a 6% de la AOD durante al menos dos décadas. Los pequeños agricultores reciben menos del 2% de la financiación climática global, a nivel mundial.
