La diversidad en los componentes de la soja abre oportunidades para mejorar su competitividad en la industria alimenticia y de biocombustibles.
La soja argentina ha demostrado ser clave no solo en la economía nacional, sino también en la mundial, con aplicaciones que van desde alimentos hasta biocombustibles.
Sin embargo, la calidad de los porotos producidos en distintas regiones del país varía de manera considerable en cuanto a proteínas, aceites y aminoácidos. Para obtener una comprensión más precisa de estas diferencias, el INTA, en conjunto con Acsoja, realizó un análisis exhaustivo en ocho zonas productivas durante las campañas 2020/21 y 2021/22.
Este estudio, llevado a cabo por especialistas de diversas Estaciones Experimentales (Balcarce, Marcos Juárez, Oliveros y Paraná) y agencias de extensión del INTA, se centró en la recopilación y análisis de muestras de soja para evaluar su calidad.
A través de una red de muestreo, los investigadores lograron trazar un panorama que revela las particularidades en la composición de la soja de cada región, marcando diferencias que pueden impactar en el uso final de este cultivo.Argentina es uno de los principales productores de soja en el mundo, con la mayor parte de la superficie sembrada concentrada en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que representan más del 75% del área de cultivo.
Sin embargo, al analizar la calidad del poroto, el estudio demostró que no todas las regiones productoras ofrecen la misma proporción de nutrientes.Los resultados mostraron que la región del NOA (Noroeste Argentino) tiene el contenido de proteínas más elevado, alcanzando un 37,2% en la última campaña evaluada, mientras que Entre Ríos registró el valor más bajo, con un 34,7%.
Estas variaciones en el contenido proteico resaltan la diversidad de condiciones climáticas y de suelo entre las regiones, factores que influyen directamente en la composición de los cultivos.Mirando hacia el futuro
El equipo del INTA continúa analizando los resultados y prepara un nuevo informe que presentará los datos de la campaña 2023/24. Con la creciente demanda internacional y los cambios en las preferencias del mercado, disponer de una herramienta que destaque las particularidades de la soja producida en Argentina se vuelve cada vez más esencial para la planificación y competitividad del sector.
El mapa de calidad de soja, además de evidenciar las variaciones regionales, refuerza la importancia de las condiciones locales en la determinación de la calidad final de los granos.
Este esfuerzo conjunto entre el INTA y Acsoja no solo beneficia a los productores, sino que también posiciona al país con datos estratégicos sobre su producción, abriendo oportunidades para mejorar su perfil competitivo en el mercado global.