La carne vegetal, la carne vegetal mixta, los insectos o la carne cultivada son algunas de las alternativas a las proteínas de origen animal por las que se está apostando desde la ONU para reducir el consumo de carne animal y hacer así frente a la crisis climática.
En Ainia hemos realizado un estudio, a nivel nacional, para conocer la situación actual del consumo de carne y de proteínas alternativas, así como de la percepción que tienen los consumidores acerca de las fuentes de proteína que son alternativas a las proteínas de origen animal como: carne vegetal, carne vegetal mixta, insectos o carne cultivada.
En este artículo te contamos un avance de los principales resultados del informe y algunos de los proyectos en los que estamos trabajando en esta línea.
Aumento del consumo de proteínas plant-based y reducción de carne para hacer frente a la crisis climática, El crecimiento de la población mundial y el cambio climático, son los factores que más impulsan el cambio hacia un modelo de consumo sostenible.
Desde instituciones supranacionales, como la FAO o el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) de la ONU, entre otras, se viene recomendando el aumento del consumo de proteínas alternativas plant-based y la reducción del consumo de carne para hacer frente a esta crisis climática. Además, la concienciación de los consumidores, acerca del impacto que tienen sus hábitos de consumo en la situación medioambiental, ha provocado la transición hacia hábitos más sostenibles
Según la ONU, la población mundial es más de tres veces mayor que a mediados del siglo XX. A mediados de noviembre de 2022 alcanzó los 8.000 millones y se estima que aumentará casi 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 8.000 millones actuales a los 9.700 millones en 2050, pudiendo llegar a un pico de cerca de 10.400 millones para mediados de 2080.
Este incremento exponencial de la población mundial podría provocar que los efectos sobre el cambio climático, debido al aumento de la demanda del consumo de carne, se elevasen a niveles insostenibles. El IPCC, reunido por la ONU para monitorizar el cambio climático, ha puesto el foco en la ganadería como una de las principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, y propone como solución la reducción del consumo de carne y aumentar el consumo de proteínas plant-based.
4 de cada 5 consumidores han reducido el consumo de carne en los últimos 2 años
En Ainia hemos realizado un estudio para conocer cómo los consumidores están interiorizando esta realidad. Según los datos del informe ‘Percepción del consumidor sobre proteínas alternativas’ elaborado por Ainia, 4 de cada 5 consumidores han reducido el consumo de carne en los últimos 2 años.
Los 3 tipos de carne de los que más se ha reducido el consumo son: ternera/vacuno, cerdo y cordero. Además, 1 de cada 3 consumidores muestran una disposición bastante o muy favorable a reducir el consumo de carne en un futuro próximo
Los principales motivos, declarados de manera espontánea por los consumidores, por los que han reducido el consumo de carne son:
Percepción de que su precio es elevado.
Consideran que no es saludable consumir mucha carne.
Por motivos de bienestar animal.
Las mujeres, en mayor proporción que los hombres, han reducido el consumo de carne porque les sienta mal, o tienen digestiones pesadas; y las generaciones de edad más jóvenes (Generación X y Millenial), han reducido el consumo de carne, en mayor proporción que los consumidores de más edad (Generación Z y Baby boomer), por la preocupación que tienen respecto al bienestar animal y el impacto medioambiental.
Por otro lado, y según datos del mencionado estudio realizado por Ainia, 1 de cada 3 consumidores han sustituido en los últimos 2 años el consumo de carne por otros alimentos que son alternativas a las proteínas de la carne.
Nuevos hábitos de consumo para una alimentación sostenible: consumo de alternativas a las proteínas de origen animal
Uno de los principios del decálogo de la OCU con el que los consumidores pueden seguir una alimentación sostenible y alternativa a la alimentación tradicional es la reducción del consumo de proteínas de origen animal.
La sustitución de estas fuentes de proteínas por proteínas alternativas de origen vegetal es una recomendación que la ONU viene haciendo hace tiempo para evitar, a medio y largo plazo, los efectos sobre el cambio climático.
1 de cada 3 consumidores consumen semanalmente alimentos que sustituyen el consumo de proteínas de origen animal
Según datos obtenidos en el estudio realizado por Ainia ‘Percepción del consumidor sobre proteínas alternativas’, 1 de cada 3 consumidores consumen semanalmente alimentos que sustituyen el consumo de proteínas de origen animal; de estos, aproximadamente la mitad, consumen como mínimo entre 3 y 5 días a la semana alimentos que sustituyen el consumo de proteínas de origen animal.
Un 72 % de los consumidores han aumentado, durante los 2 últimos años, el consumo de alimentos que sustituyen a las proteínas de origen animal
Además, un 72 % de los consumidores han aumentado, durante los 2 últimos años, el consumo de alimentos que sustituyen a las proteínas de origen animal. Los principales motivos son:
Se consideran alimentos saludables
Bienestar animal
Por salud
Reducción del impacto medioambiental.
Las mujeres, en mayor proporción que los hombres, consumen alimentos que sustituyen a las proteínas de origen animal por bienestar animal.
Las principales barreras al consumo de alimentos que pueden sustituir el consumo de proteínas de origen animal, según los consumidores del estudio, son:
Consumidores habituales: Precio elevado y poca disponibilidad y oferta.
Consumidores ocasionales: Precio elevado y sabor.
Consumidores que la han probado alguna vez: prefieren la carne animal y precio elevado,
No consumidores: Prefieren la carne animal y no tienen interés.
3 de cada 5 consumidores consideran que, actualmente, existen pocos productos en el mercado que son alternativas a las proteínas de origen animal
Según datos del estudio, 3 de cada 5 consumidores consideran que, actualmente, existen pocos productos en el mercado que son alternativas a las proteínas de origen animal.
De estos, la mayoría de los consumidores que han sustituido en los últimos 2 años el consumo de carne por otros alimentos que son alternativas a las proteínas de la carne, consideran que existe poca oferta de productos que son alternativas a las proteínas de origen animal.
Ante esta nueva realidad, en Ainia investigamos nuevos análogos cárnicos con proteínas vegetales alternativas en el marco del proyecto VEGEXT, apoyado por la Generalitat Valenciana,
Concretamente, hemos estudiado la aplicación de tecnologías de extrusión innovadoras utilizando diferentes fuentes de proteína para la obtención de análogos cárnicos de base vegetal. Para ello, hemos utilizado desde las más convencionales como la soja y el guisante, hasta otras más novedosas como proteínas de cereales (arroz, cáñamo), insectos (Tenebrio molitor), patata u otras leguminosas.
Percepción del consumidor de proteínas alternativas no convencionales: insectos y carne cultivada
Además de las alternativas plant-based, en los últimos años se están planteando otros alimentos como fuentes alternativas a las proteínas de origen animal tradicionales. Unos importados a occidente de otras partes del globo, como son los insectos, y otros de nueva generación como la carne cultivada.
1 de cada 4 consumidores declaran que estarían dispuestos a consumir insectos como alimento o como ingrediente
En el estudio realizado por Ainia, 1 de cada 5 consumidores declaran haber consumido insectos en alguna ocasión, la mayoría de ellos en otros países. De los consumidores que no han consumido insectos anteriormente, 1 de cada 4 declaran que estarían dispuestos a consumirlos directamente como alimento o como ingrediente de algún producto (por ejemplo, barritas). El alto aporte de proteínas y el sistema de producción más sostenible, palancas que impulsen el consumo de insectos
La mayoría de consumidores consideran, de forma espontánea, que el consumo de insectos no tiene ninguna ventaja y en algunos casos genera rechazo, principalmente por las barreras socioculturales, las dudas acerca de seguridad alimentaria de estos alimentos o el sabor; sin embargo, algunos consumidores consideran que podrían ser palancas que impulsen el consumo de insectos, como alternativa a la carne tradicional, el alto aporte de proteínas de los insectos, así como que la cría y granjas de insectos se pueden considerar un sistema de producción más sostenible que el actual.
Drivers y barreras de los consumidores al consumo de carne cultivada
En cuanto a la llamada carne cultivada, clean meat o carne de laboratorio, en el estudio realizado por Ainia ‘Percepción del consumidor sobre proteínas alternativas’, y una vez explicado brevemente a los consumidores que es la carne cultivada, 1 de cada 4 consumidores muestra bastante o mucho interés por este alimento; también 1 de cada 4 consumidores muestra intención de compra; al mismo tiempo, 3 de cada 5 consumidores tienen curiosidad y la probarían.
Los principales drivers que pueden impulsar la compra y consumo de carne cultivada, según los consumidores del estudio, son:
Curiosidad por probar un nuevo producto.
Bienestar animal.
Sostenibilidad y respeto por el medioambiente.
Las principales barreras que encuentran los consumidores al consumo de la carne cultivada son:
Desconocimiento que existe, Falta de información que pueden dar lugar a malentendidos, Posible precio elevado de estos productos.
Desconfianza, que posiblemente sea consecuencia directa del desconocimiento y la falta de información mencionados.
En este marco, en Ainia investigamos para ayudar a las empresas a superar los retos tecnológicos existentes actualmente, y posibilitar la producción industrial de la carne obtenida en laboratorio. Teniendo en cuenta los requerimientos sociales, medioambientales, legales y tecnológicos.
Esta investigación sobre tecnologías para producir carne cultivada a escala industrial, la estamos llevando a cabo a través del proyecto Smartmeat, que cuenta con el respaldo de la Conselleria d’Innovació, Universitats, Ciència i Societat Digital, a través de la Direcció General d’Innovació, en el marco de ayudas a los institutos tecnológicos para proyectos de innovación en colaboración con empresas.