Lo que comenzó como una unión creativa entre moda y perfumería terminó dando origen a una innovadora desarrolladora de bebidas con sello argentino. Julián Varea y Agustina Toledo, una pareja de emprendedores cordobeses, no solo comparten la vida y la pasión por el diseño en todas sus formas, sino también un exitoso proyecto empresarial que hoy impacta de forma notable en la industria de alimentos y bebidas del país "Lunfardo Desarrolladora de Bebidas".
La historia de este emprendimiento nació casi de manera casual, como una colaboración entre los talentos de ambos. Julián, perfumista con formación en Londres y experiencia previa en el mundo financiero, y Agustina, diseñadora de alta costura formada en Córdoba y Milán, buscaban una bebida distintiva para acompañar un evento de moda. La idea inicial era hacer co-branding con alguna marca local de gin, pero la escasez de productores en el mercado argentino los llevó a un camino inesperado.
“Decidimos crear nosotros mismos una bebida inspirada en perfumes. Primero fue una colonia de enebro, luego llegaron las primeras botellas de Heraclito y Macedonio, nuestra primera marca. Todo partió de esa combinación entre olfato, sabor y estética”, cuenta Julián.
El éxito de ese primer lanzamiento impulsó la creación de Lunfa, un vermú desarrollado junto a su actual socio Gastón Martínez. De ahí nació Lunfardo Desarrolladora de Bebidas, la empresa que hoy gestiona un portafolio de más de diez productos, entre destilados y aperitivos. La firma no solo ocupa un lugar privilegiado en las barras más prestigiosas de Argentina, sino que también ha logrado traspasar fronteras, con presencia creciente en mercados como Estados Unidos, Uruguay, Suiza y Taiwán.
Más que una empresa, Lunfardo representa una nueva forma de entender la producción de bebidas: una que cruza los límites entre arte, diseño, ciencia sensorial y raíces culturales. En cada botella hay una historia, una inspiración perfumística o una textura que se conecta con la sensibilidad estética de Agustina y el oficio técnico de Julián.
“Lo que hacemos es una experiencia sensorial completa. No solo pensamos en el sabor, sino también en el aroma, el diseño de la botella, el concepto detrás de cada etiqueta”, explican. Esta manera de encarar el desarrollo de productos no solo les ha permitido destacarse en el mercado gourmet, sino también posicionar a Argentina como un país capaz de exportar bebidas sofisticadas con identidad propia.
En paralelo, Agustina continúa con su atelier de vestidos de alta costura en el barrio porteño de Belgrano, donde trabaja con piezas únicas y materiales nobles como sedas naturales y géneros antiguos. Recientemente, lanzó su primer perfume, Mil Marzos, diseñado por Julián, elaborado con insumos 100% naturales, como el neroli. Este producto simboliza la fusión total entre sus mundos: un perfume nacido desde la moda y la sensibilidad artesanal, con la técnica de la perfumería natural.
“Estamos presentes en cada paso de lo que hace el otro. En casa se prueban destilados, se huelen perfumes, se tocan telas… todo forma parte del mismo universo creativo”, relatan entre risas. Pero, más allá del trabajo, su prioridad está en su vida familiar con sus tres hijos, a quienes crían en un hogar donde el diseño, el arte y los buenos sabores son parte del día a día.
El impacto de Lunfardo Desarrolladora de Bebidas va más allá del ámbito local. La empresa ha logrado posicionarse como un referente dentro de la industria argentina de bebidas, destacándose por la innovación y la calidad de sus productos. A través de la fusión de técnicas de perfumería con la destilación, han creado bebidas de alta gama que no solo conquistan el paladar, sino que también cuentan historias y evocan sensaciones. Este enfoque disruptivo ha abierto nuevas posibilidades para emprendedores en el sector, mostrando que la creatividad puede transformar cualquier industria, desde la moda hasta la producción de bebidas.
La historia de Julián y Agustina es un ejemplo de cómo la creatividad interdisciplinaria puede convertirse en motor de innovación productiva. Con Lunfardo Desarrolladora de Bebidas, esta pareja no solo construyó una empresa exitosa, sino también una marca país: una forma distinta de contar el sabor argentino al mundo, con elegancia, identidad y visión global.
