Con sus dos primeros productos aspira a facturar más de 20 millones en 4 años. Tantea empresas emergentes y socios para ampliar el portafolio y tener alcance global.
La multinacional catalana de aceite y frutos secos Borges lleva años haciendo bandera de la dieta mediterránea para hacerla llegar a todo el mundo, pero ahora ha dado un paso más para contribuir a una alimentación más saludable y sostenible y a la vez ampliar su negocio dirigido a la industria alimentaria.
Lo ha hecho a través de la creación de la plataforma HSI (Healthy and Soustainable Ingredients), que tras cinco años de trabajos de investigación e innovación ha lanzado ya dos productos con los que Borges aspira a facturar más de 20 millones de euros de aquí a cuatro años, según han explicado a elEconomista.es David Prats, presidente ejecutivo y consejero delegado de Borges; Victoria Morales, responsable de Recursos Humanos, y Alba Henar, directora de Estrategia Corporativa.
"La gente nos conoce por los productos que ve en la tienda con la etiqueta, pero nuestro negocio como proveedores de la industria alimentaria tiene un peso muy relevante, del 47% del valor total de las ventas, y hasta ahora habíamos aplicado poca innovación", detalla Prats.
Borges aporta materia prima por todo el mundo tan diversa como frutos secos para los fabricantes de bombones, mazapán y turrón; aceitunas en rodajas para elaboradores de pizzas, y aceite y vinagre para productores de aliños, como algunos ejemplos.
Pero HSI va un paso más allá y se centra en ofrecer nuevos ingredientes con los que poder sustituir otras materias primas menos saludables y menos sostenibles para el medio ambiente. Se trata de un proyecto con vocación mundial -de momento llega a varios países europeos- y que pretende desarrollar alternativas en cuatro nichos: sustitución de grasas, de edulcorantes, de sodio (sal), y de proteínas y fibras.
El primer producto de HSI en ser comercializado, en 2022, es un aceite sólido de girasol alto oleico que puede utilizarse en vez de otras grasas de origen animal y vegetal como mantequilla, margarina, palma y coco, a la hora de elaborar bollería, empanadillas, milhojas o palomitas, sin modificar su sabor. Incluso puede sustituir a la grasa del embutido en la industria cárnica, señala Prats.
"Todavía es un negocio incipiente, porque acabamos de lanzar los dos primeros productos, pero se está trabajando un portafolio mucho más amplio", añade.
El segundo producto, lanzado este 2023, es una fórmula a base de dátil como alternativa a los edulcorantes, que aporta valores nutricionales además de dulzor, y que es apta para diabéticos tipo 1.
Ya se está utilizando para elaborar barritas energéticas y como ingrediente de cremas de cacao, repasa Victoria Morales, que incide en que HSI tiene mucho recorrido potencial en la alimentación infantil, además de en general: "Todos sabemos que deberíamos comer más sano, pero no queremos renunciar a algunos alimentos, y por eso queremos contribuir a que sean lo más saludables posible". Además, esta innovación permite dar uso a los dátiles que se rompen y que por tanto no se pueden comercializar en tiendas.
Alba Henar apunta que HSI es fruto de cinco años de trabajo, y que en este tiempo han dedicado más de dos millones de euros a I+D. En todo caso, Prats añade que una vez logradas estas innovaciones "darlas a conocer es tan difícil como crearlas". Pone el ejemplo del aceite de oliva, "reconocido internacionalmente como el más saludable, pero que solo representa entre el 2 y el 3% de las grasas líquidas que se consumen en el mundo".
Compras para crecer
Para impulsar HSI, Borges no solo contempla la innovación interna, sino que también está buscando incorporar empresas emergentes que cuenten con nuevos ingredientes saludables y sostenibles, con varias conversaciones en marcha.
También baraja la opción de la entrada de socios con los que acelerar las inversiones o el alcance geográfico de estos nuevos productos para la industria alimentaria y posicionarse internacionalmente antes de que prolifere competencia.