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Las bebidas energéticas pueden representar un riesgo para el cerebro de niños y jóvenes, según un estudio reciente

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Una nueva investigación revela que el consumo de bebidas energéticas, diseñadas para incrementar la energía mediante cafeína y otros estimulantes, está vinculado a un mayor riesgo de trastornos de salud mental como el TDAH, depresión, ansiedad y pensamientos suicidas.

Estos hallazgos provienen de un estudio realizado por Fuse, el Centro de Investigación Traslacional en Salud Pública de la Universidad de Teesside y la Universidad de Newcastle en el Reino Unido. Publicado en la revista Public Health, el estudio analizó datos de 57 investigaciones con más de 1,2 millones de niños y jóvenes de 21 países. Esta revisión actualiza un análisis inicial de 2016.

“Hemos identificado aún más efectos negativos en la salud física y mental asociados con el consumo de bebidas energéticas en niños y jóvenes”, explicó Amelia Lake, profesora de nutrición de salud pública en la Universidad de Teesside, a Fox News Digital. "La repetición de este estudio solo ha confirmado una creciente preocupación sobre los impactos adversos de estas bebidas".

El doctor Fernando Burgos, pediatra y miembro de la subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría, señaló a Infobae que estas bebidas contienen estimulantes como cafeína, taurina, guaraná y ginseng, los cuales afectan el sistema nervioso central. “Estos compuestos aumentan los niveles de dopamina, alterando la sinapsis neuronal, lo que no solo estimula el sistema nervioso central, sino que también puede tener efectos metabólicos y cardiológicos”, explicó.

Burgos advirtió que el consumo excesivo, especialmente cuando se combina con alcohol, puede provocar convulsiones, estados maníacos y exacerbación de la hiperactividad en niños con TDAH, así como resistencia a la insulina en adolescentes. También alertó sobre efectos cardiovasculares como palpitaciones y arritmias, que en casos extremos pueden derivar en un paro cardíaco.

El contenido de cafeína en estas bebidas varía entre 50 mg y 505 mg por porción, en comparación con los 90 mg presentes en 250 ml de café o los 34 mg en 500 ml de refresco. Ante estos hallazgos, investigadores y organizaciones de salud del Reino Unido han solicitado al gobierno la prohibición de su venta a menores de 16 años. “Los datos indican que estas bebidas no deberían formar parte de la dieta de niños y jóvenes”, enfatizó Lake.

Según Burgos, el consumo excesivo también puede causar hipervitaminosis, especialmente de vitamina B3. "Desde la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Argentina de Pediatría desaconsejamos el uso de estas bebidas en menores de 18 años, ya que la cafeína en esas edades no ha sido suficientemente estudiada", advirtió. Explicó que un adolescente solo debería consumir hasta 100 mg de cafeína al día, y una sola lata de estas bebidas supera ampliamente esa cantidad.

“La mejor recomendación es evitar el consumo de estas bebidas en adolescentes, y si se consumen, deben ser controladas y no utilizadas para obtener energía”, concluyó Burgos.

La dietista Erin Palinski-Wade, con sede en Nueva Jersey, subrayó que la cafeína puede afectar la calidad del sueño, lo que a su vez incide en la salud física y mental. La falta de descanso adecuado impacta funciones cognitivas como la toma de decisiones y la memoria, aumentando el riesgo de depresión y afectando el rendimiento académico.

Incluso en adultos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. recomienda no superar los 400 mg de cafeína diarios, cantidad fácilmente excedida con bebidas energéticas.

La postura de los productores

Los investigadores reconocen algunas limitaciones en el estudio, como la calidad y diseño de ciertos análisis y la falta de definiciones claras sobre las edades de los participantes. Además, no se ha probado causalidad directa entre el consumo de estas bebidas y los problemas de salud observados.

En respuesta, la Asociación Estadounidense de Bebidas (ABA) declaró a Fox News Digital que las bebidas energéticas han sido consumidas durante más de 30 años y son reconocidas como seguras por agencias regulatorias como la FDA, Health Canada y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. La ABA enfatizó que ningún estudio ha demostrado que estas bebidas sean la causa directa de los problemas de salud mencionados.

Según la agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido, las dosis de cafeína seguras para niños no deben superar los 3 mg por kg de peso corporal. Un niño de 30 kg, por ejemplo, no debería consumir más de 90 mg de cafeína al día, cantidad fácilmente superada con una sola lata de bebida energética.

Ante estas preocupaciones, los expertos insisten en que los formuladores de políticas deberían seguir el ejemplo de países que han impuesto restricciones de edad para la venta de estas bebidas a menores.

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