Guilherme Coelho, presidente de Abrafrutas, destaca estos esfuerzos para el crecimiento y la expansión del sector frutícola brasileño. El gigante sudamericano está avanzando en la apertura de nuevos mercados internacionales para sus frutas, destacando las negociaciones actuales para exportar uvas a China y Corea del Sur, paltas a Estados Unidos, Chile, Japón e India, y melones y manzanas a Malasia.
Brasil está avanzando en la apertura de nuevos mercados internacionales para sus frutas, destacando las negociaciones actuales para exportar uvas a China y Corea del Sur, paltas a Estados Unidos, Chile, Japón e India, y melones y manzanas a Malasia.
Guilherme Coelho, presidente de la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Frutas (Abrafrutas), enfatizó la importancia de estos esfuerzos para el crecimiento y la expansión del sector frutícola brasileño.
El compromiso de Brasil con el fortalecimiento de los lazos comerciales internacionales refleja su objetivo de ampliar las oportunidades de exportación, subrayando el papel estratégico de la fruticultura en la economía nacional. Este sector no sólo es vital para la generación de empleo, sino que también estimula el desarrollo sostenible a lo largo del país.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la fruticultura emplea alrededor de 5 millones de trabajadores y abarca 2,4 millones de hectáreas de cultivo. A diferencia de otros cultivos como la soja, la fruticultura y horticultura destacan por su alta densidad laboral, evidenciando su significativa contribución social y económica, especialmente en las comunidades rurales.
La unión de productores y exportadores a través de Abrafrutas ha sido clave para afrontar los desafíos del mercado internacional y aprovechar las oportunidades de negocio. Coelho destaca el futuro prometedor de la fruticultura brasileña, basado en la tradición, calidad e innovación del sector.
El año 2023 marcó un hito para las exportaciones frutícolas de Brasil, superando los US$ 1.200 millones en ingresos, lo que representó un aumento del 26,73% respecto al año anterior. Este crecimiento se atribuye a la calidad reconocida de las frutas brasileñas y a las inversiones en tecnología e innovación, asegurando que los productos lleguen en condiciones óptimas a los mercados internacionales.
Brasil se destaca también por su riguroso sistema de certificación, garantizando el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad alimentaria más exigentes.