El pasado 16 y 17 de septiembre se llevó a cabo en el Hipódromo de las Américas el festival Food & Wine México 2024 y aquí te contamos todo lo que debes saber sobre este particular evento que reúne lo mejor del mundo gastronómico.
Un mundo de sabores: Uno de los mayores placeres para los seres humanos incluye la comida y la bebida, pues aunque ambas son un elemento esencial para sobrevivir, a lo largo de los siglos, nuestra especie a transformado una necesidad básica en toda una experiencia sensitiva.
Resulta curioso pensar que el Hipódromo de las Américas, un recinto que está pensado para que se lleven a cabo las carreras de caballos, pueda transformarse en un recinto digno de festival. Pero desde que se bajan los primeros escalones que conducen a una explanada principal, se puede observar que este es un sitio mucho más exclusivo.
Las diferencias son claras, pues a diferencia de festivales como Corona Capital, Vive Latino u otros a los que van los jóvenes, en éste lo primero que destaca es que a los asistentes se les otorga una copa y un sombrero para cubrirse del sol desde su llegada.
Los pastos recién podados y un sinfín de carpas hacen que el ambiente se sienta ajeno a todo lo que sucede el exterior. La dinámica es sencilla: el acceso general puede traducirse como un todo incluido, tanto en bebidas como en comida. Por lo tanto, cada carpa corresponde a un restaurante o marca diferente que cuenta con su propio menú de degustación para los asistentes.
La música ambiental, así como una caminata a través de los olores de cada pasillo transforman la experiencia en una ola de diversos sabores que pueden variar desde un aguachile, una quesadilla de tortilla azul, tamales, almejas, ostiones y mucho más.
En cuanto a las bebidas, las opciones son variadas, pues los comensales pasaban con sus copas a diferentes puntos en donde se les ofrecían todo tipo de vinos, cervezas, jugos, aguas mineralizadas y hasta cocteles preparados.
Conforme la tarde avanzaba, zonas como el Beer Garden comenzaban a llenarse y las personas tomaban un respiro entre los asientos y la sombra para continuar con la degustación de sus bebidas y comida. Además, para quienes deseaban llevar la experiencia un poco más allá, chefs sumamente reconocidos ofrecían clases y talleres para aprender a realizar o conocer correctamente ciertas bebidas.
Alrededor de las siete, las carpas iban cerrando, mientras las personas abandonaban en recinto haciendo honor al dicho mexicano que dice: “panza llena, corazón contento”.