Malawi, un país muy vulnerable a las crisis climáticas y al hambre generalizada, está dando un paso crucial para mejorar la seguridad alimentaria de sus ciudadanos.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Gobierno de Malawi lanzaron hoy un programa de desarrollo agrícola por valor de 53 millones de dólares que busca comercializar la producción agrícola y mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas de pequeña escala para mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria y nutricional en el país.
La fase II del Programa de Producción Agrícola Sostenible (SAPP II), de siete años de duración, equipará a los agricultores con las habilidades y recursos para abordar la inseguridad alimentaria, aumentar la generación de ingresos y mejorar los medios de vida de las comunidades rurales en Dowa, Balaka, Lilongwe rural y Mzimba.
El proyecto es particularmente importante para las mujeres, ya que representan más de la mitad de la población del país y constituyen la mayor parte de la fuerza laboral en el sector, por lo que representan el 50 por ciento de los participantes en el proyecto.
“SAPP II representa una inversión fundamental en el futuro de la agricultura de Malawi”, afirmó Bernadette Mukonyora, directora del FIDA en Malawi. “El lanzamiento es un paso importante hacia un futuro con seguridad alimentaria. Al empoderar a los pequeños agricultores, en particular a las mujeres, y promover prácticas agrícolas sostenibles, el programa tiene el potencial de transformar el sector agrícola, mejorar los medios de vida y contribuir a una nación más próspera”.
La agricultura es la columna vertebral de la economía de Malawi: representa el 22,1 por ciento del producto interno bruto (PIB), el 80 por ciento de los ingresos extranjeros y emplea a más de las tres cuartas partes de la fuerza laboral. A pesar de esto, la mitad de los agricultores cultivan en menos de una hectárea y dependen de las lluvias, lo que les dificulta satisfacer sus propias necesidades alimentarias y generar excedentes para el mercado.
Este desafío se ve agravado por el cambio climático, la degradación de la tierra, los recursos limitados, los sistemas de extensión débiles, las elevadas pérdidas poscosecha y los mercados desestructurados.
SAPP II pretende afrontar estos desafíos de frente. El programa promoverá prácticas de gestión del suelo, la tierra y el agua para mejorar la fertilidad del suelo, restaurar las tierras degradadas y disminuir la presión sobre los recursos naturales que ya están afectados por las crisis climáticas.
“Cuando faltan menos de seis años para 2030, el lanzamiento de SAPP II es oportuno”, afirmó Samuel Kawale, Ministro de Agricultura. “Ofrece al país la oportunidad de desbloquear el potencial del sector, aumentar la productividad, crear riqueza y mejorar la seguridad alimentaria y nutricional. Estos son indicadores clave para los objetivos de Desarrollo Sostenible y están alineados con la Agenda 2063 de Malawi”.
Para hacer que los sistemas agrícolas de pequeña escala sean más viables comercialmente, SAPP II apoyará cadenas de valor basadas en la demanda del mercado, el potencial de producción, la creación de empleo y la capacidad de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición. Las legumbres, frutas y verduras son productos potenciales con el doble beneficio de aumentar los ingresos y diversificar la dieta de los hogares.
El programa también facilitará el acceso de los agricultores a financiación a través del Farmers Challenge Fund (FCF), que ofrece subvenciones de contrapartida para comprar insumos agrícolas productivos, equipos de procesamiento agrícola y tecnologías poscosecha.
Reconociendo la vulnerabilidad de Malawi a los continuos shocks climáticos, el SAPP II está diseñado con flexibilidad. Los fondos pueden reasignarse para abordar necesidades inmediatas, como brindar acceso inmediato a insumos agrícolas y reparar la infraestructura dañada por crisis climáticas que afectan la seguridad alimentaria.
Para financiar el programa, el FIDA aporta USD 18,08 millones, el Gobierno de Malawi USD 8 millones, financiación nacional USD 3 millones mediante un plan rotatorio de transferencia y la Unión Europea USD 2,6 millones. Todavía está abierta a los interesados una dotación de financiación de 15,6 millones de dólares EE.UU.