Los alimentos se necesitan en cantidad y calidad para su adecuado consumo y utilización biológica que garanticen un estado de bienestar general y permitan el desarrollo saludable de las personas. Pero un plato de comida no solo sirve para satisfacer esas necesidades básicas, o saciar el apetito.
Para muchos consumidores que han desarrollado una conciencia saludable, una buena dieta se ha convertido en una manera de reparar procesos vitales, buscar energía y prevenir o controlar enfermedades. Básicamente, buscando superalimentos que fomenten una buena salud.
Según Global Data, “el 42% de los consumidores de todo el mundo adoptan un enfoque proactivo en cuanto a su salud y bienestar”.
Después de la pandemia, una dieta saludable y estar en forma es una prioridad para muchas personas, en especial para aquellos que sufren de alguna condición física o tienen un sistema inmune vulnerable.
Por ello, los supermercados que muestren una real preocupación por la salud de sus consumidores se convierten en empresas con propósito, ya que no persiguen el lucro como su único objetivo, sino que se convierten en agentes de cambio para apoyar a sus clientes a “sentirse bien, comiendo sano”.
El estilo de vida saludable impulsa la venta de los alimentos ricos en proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos. Por ejemplo, en 2019, el 18% de las vitaminas y los suplementos mundiales lanzados al mercado tenían una declaración funcional centrado en el sistema inmunitario. Por lo tanto, existe una gran oportunidad de educar a los compradores en los supermercados en cuanto a los beneficios de los alimentos.
Después de ver la serie “Debajo de la Tierra” de Zac Efron en Nexflix, el episodio 8 que trata acerca de Iquitos en Perú, me inspiró a entender más acerca de los llamados “Superalimentos” que no son más que alimentos con propiedades funcionales que pueden mejorar la salud.
La demanda hacia productos más naturales, sin tantos aditivos y alimentos altamente saludables crece porque pueden prevenir enfermedades y ofrecer dietas más saludables. En especial entre vegetarianos que buscan fuentes de energía, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad.
En Estados Unidos, gran parte del surtido de las cadenas de supermercados, como Wholefoods, Sprouts, Aldi y Trader Joe’s, está dirigido a productos altamente saludables, permitiéndoles crecer en volumen de venta.
La idea es crear una sección que se podría denominar “A la Buena Salud” dedicada a los alimentos bajos en azúcar, sin gluten, naturales, con alto nivel de proteína.
Lo que considero más importante es incluir un servicio educativo para alcanzar una buena salud, desde ofrecer cursos acerca de los beneficios de los alimentos a los empleados, especialmente a los comercializadores que tienen contacto con los compradores; como ofrecer charlas gratuitas para educar a jóvenes y reeducar a los adultos de la “tercera edad”. Un ejemplo es enseñar a leer las etiquetas y entender el panel nutricional.
Entre los beneficios que se pueden obtener con este tipo de estrategia comercial orientada hacia la salud están; impactar las ventas, ya que los comercializadores como los dietistas, pueden impulsar la promoción de productos, mejorar la imagen del supermercado y su responsabilidad social en la comunidad, y aumentar la satisfacción del cliente para blindar la lealtad.
Para la inversión, se podrían conseguir patrocinios de los proveedores, captar voluntarios que necesiten horas comunitarias o profesionales interesados en darse a conocer en el mercado.
