En el corazón del desierto mexicano, en Torreón, Coahuila, nació una de las empresas más influyentes del sector alimentario de América Latina.
Aunque muchas grandes compañías surgen en polos industriales consolidados o a través de inversiones multinacionales, el caso de Grupo Lala demuestra que las necesidades locales y la visión colectiva pueden sentar las bases de un verdadero gigante empresarial. Todo comenzó en 1949, cuando un grupo de productores de leche de Torreón se unió para fundar la Unión de Crédito de Productores de Leche de Torreón. Su objetivo era simple pero ambicioso: organizar la producción y mejorar la comercialización del producto lácteo en la región. Apenas un año después, en 1950, se estableció la Pasteurizadora La Laguna, marcando el inicio de la distribución de leche pasteurizada en el norte de México.
Durante más de tres décadas, las operaciones de la empresa fueron esencialmente locales. Pero en 1985, en un momento clave, se adoptó formalmente el nombre de Grupo Lala, junto con el lanzamiento de una estrategia nacional de expansión. Ese mismo año, nació también la Fundación Lala, brazo social del grupo que se ha mantenido activo hasta hoy, con enfoque en la nutrición infantil y la educación.
Crecimiento nacional e innovación
En 1987, Grupo Lala instaló una planta de ultrapasteurización en Torreón, lo que permitió extender la vida útil de sus productos y comenzar su envío a nivel nacional sin necesidad de refrigeración constante. Este avance logístico fue decisivo para que la marca se consolidara en todo México.
La expansión continuó con pasos estratégicos clave. En 2003, Lala adquirió Nutri Leche, fortaleciendo su presencia en el mercado popular. Y en 2008, inició operaciones en Estados Unidos, marcando su primer paso fuera del país.
Brasil: Puerta de entrada a Sudamérica
Uno de los hitos más relevantes de su internacionalización ocurrió en 2017, cuando Grupo Lala adquirió la empresa brasileña Vigor Alimentos, una de las principales marcas lácteas de Brasil. Esta operación no solo amplió significativamente la presencia de Lala en Sudamérica, sino que también colocó a la compañía en el competitivo mercado brasileño, uno de los más grandes y exigentes del continente en términos de consumo de alimentos.
Desde entonces, Brasil se ha consolidado como el mercado latinoamericano más destacado para Grupo Lala, debido al tamaño de su economía, el potencial de crecimiento en el consumo de lácteos y la infraestructura existente de Vigor. La marca brasileña continúa operando con identidad propia, pero bajo la visión y respaldo del grupo mexicano.
Una empresa sólida y en expansión
En 2025, Grupo Lala reportó ingresos totales por 102.8 mil millones de pesos mexicanos, lo que representa un crecimiento del 5.6 % respecto al año anterior. Su utilidad neta fue de 3.75 mil millones, con un margen de utilidad del 7.61 %, reflejando una rentabilidad sólida en un entorno económico complejo.
Actualmente, la empresa cuenta con más de 30 plantas de producción y más de 170 centros de distribución en México, Estados Unidos, Brasil, Guatemala y Nicaragua, consolidando su liderazgo regional.
Compromiso con la innovación y el medio ambiente
Grupo Lala ha sabido posicionarse no solo por su volumen de producción, sino por su apuesta constante por la innovación y la sustentabilidad. Desde su centro de desarrollo en Torreón, en 2019, patentaron la primera leche 100 % libre de lactosa en México, abriendo nuevas posibilidades para consumidores con intolerancias. Además, ha sido pionera en la incorporación de camiones eléctricos en su cadena de distribución, como parte de su estrategia de reducción de la huella de carbono.
Más allá del negocio: impacto social
Desde 1989, Grupo Lala organiza el Maratón Lala, una de las competencias deportivas más importantes del país, que además de fomentar el deporte, apoya causas sociales. Su fundación continúa trabajando en programas de alimentación y educación para comunidades vulnerables. Desde su origen en la Comarca Lagunera hasta su posicionamiento en mercados como Brasil, Grupo Lala es ejemplo de cómo la visión empresarial con raíces locales puede convertirse en un motor de transformación regional. Su historia es también la de miles de familias que, desde los establos hasta las mesas de millones de hogares, han hecho de la leche un símbolo de crecimiento, nutrición y unión.