Un sector con mejores empresas. Así consideran los principales directivos de la industria agroalimentaria que han quedado sus organizaciones,
después de dos años y medio inmersos en sucesivas crisis (COVID 19, encarecimiento de materias primas y energía, huelga de transporte).
En los que las compañías agroalimentarias han redoblado su compromiso con el cliente, con procesos cada vez más eficientes, desarrollando sus productos en un entorno sostenible donde además del cuidado por el medioambiente, se prima la retención de talento para ser empresas con futuro.
Estas son las principales conclusiones obtenidas en el encuentro ‘Sector agroalimentario: el desafío de la competitividad y los retos del futuro’, organizado por Improven y Banco Sabadell, al que han asistido relevantes empresas de la industria agroalimentaria.
“El sector se está viendo impactado por un contexto convulso donde la subida de costes, el desabastecimiento de materias primas, la guerra de Ucrania y la situación con Argelia, están poniendo a las empresas en una situación complicada, a la que se suma la dificultad para trasladar la subida de costes a los clientes, por lo tanto, estamos ante un año lleno de retos”, ha añadido Flor Barone, gerente de Improven.
En este sentido, los asistentes han convenido en calificar a las empresas del sector como camaleones, siendo el camaleón el símbolo con el que se identifica Aceites Albert, tal y como contaba su consejera delegada, Charo Albert.
En este sentido, José Vicente López, consejero delegado de Mercadalia-Damel Group, también apoya este discurso porque han sido capaces de adaptarse a cualquier circunstancia de lo vivido en los últimos meses. “Todos hemos tenido que cambiar nuestros métodos, ser más flexibles, y adaptarnos, lo que nos ha generado estrés y un aprendizaje forzoso muy importante”, ha señalado.
Y es que los últimos meses nos han enseñado que no todo es perfecto: la pandemia nos llevó a implementar muchas cosas y no todas se han podido mantener, puesto que el tema tecnológico, que nos ha ayudado mucho, no ha contentado a todos los segmentos de clientes”, ha señalado José Antonio Morante, director del Segmento Agro en Banco Sabadell.
Sin duda, la crisis ha cambiado la forma de acometer proyectos en el sector: “Después de 2020 la globalización va a continuar, pero tenemos que trabajar con otros criterios en el mercado global”, ha señalado Emilio Peña, consejero delegado de EPSA. Rafael Juan, CEO de Vicky Foods, ha señalado que, aunque el tamaño de las empresas no es lo que caracteriza al sector, “tenemos un sector más competitivo, pero es importante que
sigamos reinventándonos porque nos queda mucho trabajo por delante”.
Y es que “este escenario convulso nos ha hecho diferentes y aunque nos ha pillado preparados gracias a la flexibilidad en la gestión que nos han ido dando años y años de crisis sectorial, lo cierto es que hemos conseguido una agilidad de respuesta que antes no teníamos”, ha señalado José Adolfo Balaguer, ejecutivo de Relaciones Externas de Anecoop.
Sin duda, en este contexto, el talento está jugando un papel fundamental, tal y como señala Sunil Mahtani, director de Expansión de Dacsa: “las empresas son las personas, que deben poner el foco en el cliente y aprender a ser más creativos y eficientes”. Un aspecto compartido
por todos los asistentes, que señalan la importancia de ser capaces de atraer y retener talento.
Por último, los empresarios han abordado la importancia que tiene el tema de las finanzas, que se vuelve relevante en momentos de crisis: “No solo es dónde quiero llegar, sino qué situaciones se nos pueden dar y cómo me adapto a ellas”, ha señalado Charo Albert, consejera delegada de Aceites Albert, quien ha añadido que, además, “es fundamental gestionar de forma ética las empresas para ser rentables en el largo plazo”.
Otro de los aspectos fundamentales que se han tratado ha sido la sostenibilidad en el negocio, aplicado a la necesidad de cambiar a ser más sostenibles, especialmente en todo lo relativo a packaging, uno de los grandes retos del sector o el consumo de energía. En este sentido, Juan
Antonio Tobes, consejero de Gourmet, ha señalado que, en su caso, el paso “a la energía renovable, con la instalación de placas solares, ha sido un aspecto muy relevante en la compañía”.
En definitiva, el sector agroalimentario “vive una tormenta perfecta que les obliga a mejorar en cada área individual de la empresa pero también de manera transversal, definiendo la mejor propuesta de valor al cliente teniendo en cuenta su nueva realidad con el contexto de inflación, y coordinando el área comercial que recoge las inquietudes del cliente con las otras áreas de la empresa (logística, fábrica, aprovisionamientos, compras, financiero) para lograr una empresa transversal, conectada y eficiente, logrando hacer más con menos, ha señalado Guillermo Prats, socio de Improven, quien ha añadido la importancia de “priorizar la eficiencia, revisar la gama de productos, ser más eficiente en fábrica y en el aprovisionamiento, y, si es necesario, reflexionar sobre la estructura; y para ello, debemos acercar a todos los departamentos para
mejorar la comunicación y ser más flexible ante la incertidumbre”.
Además, desde Improven se recomienda a las empresas no dudar en el plan estratégico y revisarlo trimestral o semestralmente, no perder de vista misión y visión de lo que queremos ser en el mercado, así como la obligatoriedad de hacer una reflexión continua sobre el modelo de negocio que tenemos: cómo vendemos, con qué eficiencia, con qué gama de productos, vigilar el mercado, decidir qué movimientos tenemos que ir haciendo para adaptarnos, etcétera.